viernes, 14 de septiembre de 2012

EL GOBIERNO PROVISIONAL DEL SEXENIO

Volvemos a la normalidad, intentaré seguir actualizando a partir de ahora de lunes a viernes o lo máximo que pueda.
 EL GOBIERNO PROVISIONAL DEL SEXENIO

 El primer periodo de 1868-1870 queda marcado por el poder político de los generales: el gobierno provisional presidido por el general  Prim y una regencia a favor del general  Serrano y la elaboración de esta Constitución, la de 1869.


Su primer trabajo se centró en convencer a las Juntas de que se disolviesen a cambio de dar satisfacción a sus peticiones y de integrar a sus miembros más significados en la administración.

La siguiente medida que toma Prim es la de disolver los grupos de defensa civil, lo que fue tomado por los campesinos andaluces como una maniobra contra la revolución social pretendida, dando lugar a levantamientos.

En lo económico, se normaliza el sistema monetario con el establecimiento de la peseta para todo el territorio nacional, se abolió el derecho de puerta y se estudiaron medidas de corte librecambista y otras para mitigar el paro subvencionando a los ayuntamientos que contratasen jornaleros.

Un mes después el Gobierno Provisional se dirige a  la nación un manifiesto que recoge las medidas demandadas por las Juntas menos la abolición de quintas. Se disolvieron casi todas, algunas como la de Barcelona se resistieron, iniciando los conflictos entre periferia y gobierno central.

Otro de las labores del gobierno provisional fue  la búsqueda de un candidato a la corona de España ya que la Constitución contempla como régimen político la monarquía parlamentaria.

Esto provocará una guerra europea, la franco-prusiana de 1870, por imponer a sus respectivos candidatos (el Duque de Montpensier, Antonio de Orleans y el príncipe alemán católico Leopoldo Hohenzollern-Sigmarigen – el “Ole Ole si me eligen” de los chascarrillos madrileños).

La definitiva elección recaerá en el candidato propuesto por el general Prim, hombre fuerte del momento, Amadeo de Saboya (hijo del rey de Italia). El asesinato del general Prim un día antes de que Amadeo desembarcara en España, dejó a este rey sin su más firme defensor, apenas sin respaldo popular, ni de la burguesía, ni de gran parte del ejército.

De forma paralela a la Revolución en España se produjeron movimientos independentistas en Cuba y Puerto Rico. En la primera el grito de Yara, lanzado por el criollo Manuel Céspedes, pretendía crear una república independiente con el apoyo de una guerrilla, de los esclavos, de plantadores, etc.

El origen del movimiento estuvo en el brutal sometimiento político y económico que ejercía la España isabelina. En el plano social, las desigualdades eran enormes ya que debido a los intereses de los terratenientes, la burguesía era legal. En otra parte estaban las intrigas estadounidenses, muy interesadas en la isla, cuyo control económico pretendían. De nada servían las promesas del Gobierno Provisional ofreciendo mejoras políticas por la vía del diálogo, incluso se llegó a proponer el traspaso de la isla a E.E.U.U..

El conflicto se radicalizó en la  “Guerra larga”, en la que los insurrectos apoyados por os norteamericanos fueron incapaces de vencer a las tropas españolas. En 1878 se firma la paz de Zanjón, que no sería más que una tregua en el conflicto.