viernes, 7 de diciembre de 2012

TEXTO ...MOCIÓN DE LA ASAMBLEA OBRERA DE TARRASA (21 DE JULIO DE 1909)


     Considerando que la guerra es una consecuencia fatal del régimen de producción capitalista: Considerando, además, que, dado el sistema español de reclutamiento del ejército, sólo los obreros hacen la guerra que los burgueses declaran..La asamblea protesta enérgicamente:
1. Contra la acción del gobierno español en Marruecos.
2. Contra los procedimientos de ciertas damas de la aristocracia, que insultaron el dolor de los reservistas, de sus mujeres y de sus hijos, dándoles medallas y escapularios, en vez de proporcionarles los medios de subsistencia con la marcha del jefe de familia.
3. Contra el envío a la guerra de ciudadanos útiles a la producción y, en general, indiferentes al triunfo de la cruz sobre la media luna, cuando se podrían formar regimientos de curas y frailes que, además de estar directamente interesados en el éxito de la religión católica, no llenen familia, ni hogar, ni son de utilidad alguna al país, y
4. Contra la actitud de los diputados republicanos que ostentando un mandato del pueblo no han aprovechado su inmunidad parlamentaria para ponerse al frente de las masas en su protesta contra la guerra:
Y compromete a la clase obrera a concentrar todas sus fuerzas, por si se hubiera de declarar la huelga general para obligar al gobierno a respetar los derechos que tienen los marroquíes a conservar intacta la independencia de su patria.
Clasificación:
El texto, de naturaleza política, es un fragmento del Manifiesto del Congreso de Tarrasa, realizado entre el 18 y el 20 de julio. El destinatario es público ya que se trata de un manifiesto, es decir un escrito público de la agrupación obrera de Tarrasa en este caso, en el que se exponen unos acuerdos. Tras la celebración de este congreso los socialistas llegaron a un compromiso con Solidaridad Obrera, que agrupaba a unos 130 sindicatos catalanes, y ambos grupos decretaron la huelga general y crearon un comité director de la misma. El contextohistórico del Manifiesto de Tarrasa es la crisis de 1909 que tiene una doble dimensión: por un lado es el punto álgido de la "cuestión marroquí", y por otro y también como consecuencia de ésta, supone el estallido de la "Semana Trágica".
Análisis y Comentario
En el Manifiesto se exponen las protestas de la clase obrera, reunida en la Asamblea de Tarrasa. Entre éstas destacan las siguientes denuncias:
- Que los hombres pobres tengan que pagar con sus vidas y la miseria de sus familias las minas del Rif.
- La hipocresía y cinismo de las damas de la aristocracia.
- La actitud de los diputados republicanos que no apoyaron las demandas del pueblo.
En el texto se destaca también el odio a la postura y la actitud de la Iglesia, firme sostén del régimen, al proponer que sean los curas y frailes que, además de estar directamente interesados en el éxito de la religión católica, “no tienen familia, ni hogar, ni son de utilidad alguna al país”, los que defiendan sus propios intereses en Marruecos, dentro del a línea clásica de anticlericalismo del movimiento obrero.
Por último, se enuncia la posibilidad de convocar una huelga general para obligar al gobierno a respetar los derechos que tienen los marroquíes a conservar intacta la independencia de su patria, recalcando así el carácter neocolonial de esta guerra.
La "cuestión marroquí comenzó inmediatamente después del desastre cubano. Tras la derrota colonial de 1898, los militares buscaron una compensación en la política africana, para ello tenían aliados en unos cuantos nostálgicos del pasado y sobre todo el apoyo de la Corona a quien interesaba mantener un ejército contento y más bien privilegiado, como fuerza de política interior. El mensaje de Alfonso XIII a los ejércitos, cuando sube al trono, expresa casi sin veladuras ese propósito. A partir de 1907 (después de la "Conferencia de Algeciras" -enero-abril de 1906- en la que se reconocen los intereses españoles en Marruecos) la intervención en Marruecos les facilitará la posibilidad de ocupar un primer plano en la vida nacional, de obtener ascensos, honores, mejor nivel e influencia en la política. A la Corona le interesaba, además, mantener esta empresa neocolonial en la que se entremezclaban en tomo al Rif los intereses del capitalismo financiero peninsular. El sultán dio las concesiones mineras de Melilla a compañías españolas, francesas y alemanas. Los obreros indígenas pidieron aumento de salario, al no concedérselo, atacaron a los obreros europeos y a las tropas españolas. La situación se agravó, en julio de 1909. Melilla estaba en peligro y el general Marina pedía refuerzos. Maura, jefe de gobierno, decidió enviar a los reservistas, lo que provocó revueltas en Madrid y Barcelona (aquí la "Semana Trágica") que trataban de impedir que las tropas embarcasen.
Es en este contexto en el que las Sociedades Obreras reunidas en el Congreso de Tarrasa 18-20 de julio) decretan una Huelga General. El Comité de Madrid fija el día 2 de agosto. En las Sociedades Catalanas se crea un comité para dirigir la huelga prevista para el 26 de julio y formado por Solidaridad Obrera, grupos anarquistas y socialistas. La huelga inicialmente pensada como protesta pacifica, al declararse el estado de Guerra y con el ejército en la calle, se ve trasformada en una forma insurreccional que se extendió a otros pueblos de Cataluña, con barricadas, asaltos a comercios y quema de conventos. El 29 de julio el ejército ocupa el centro de la ciudad de Barcelona y poco a poco controla los alrededores, logrando dominar la insurrección ya en los primeros días de agosto.
La represión del gobierno Maura fue muy dura (100 muertos, 500 heridos, 1000 encarcelados, 5 condenas de muerte). De las condenas a muerte sólo fue ejecutada la del anarquista Ferrer i Guardia. La insurrección fue calificada de separatista y utilizada para acallar las protestas contra la guerra en toda España. Estos sucesos aceleran la caída de Maura y el paso del gobierno liberal de Canalejas.
Mientras la huelga se extendía, el ejército español era diezmado en el "monte Gurugú" y la columna del general Pintos era destrozada en el "barranco del Lobo". En 1910 y 1911, pese a la hostilidad de la opinión pública, las tropas españolas siguieron operando en Marruecos. Finalmente, España, a remolque de Francia y con el apoyo inglés, firmó el tratado de 1912 que le otorgaba una zona de 28000 Km2, administrada por un jalifa y un alto comisario español; no se construiría ninguna fortificación en la costa africana y Tánger sería objeto de un régimen especial. De esta manera quedaba fijada la política española en Marruecos.
SIGNIFICADO
Aunque la huelga fue un fracaso y la represión muy dura la “Semana Trágica” supuso el desmoronamiento definitivo del turno de partidos y la caída de Maura. En este contexto también se producen los planteamientos críticos de la "vieja política", y, sobre todo, la fundación de la CNT: la federación regional catalana Solidaridad Obrera impulsó desde su Congreso en 1908 la necesidad de una organización de más penetración en todas las regiones, y bajo la exaltación producida por la Semana Trágica, el Congreso obrero de Barcelona decidió superar la Confederación Regional del Trabajo de Cataluña y constituyó la Confederación Nacional de Trabajadores en septiembre de 1911.