“No impresionaba a sus seguidores tanto por ser un hombre más interesante, mejor o más admirable que sus rivales, sino más bien por su fuerza, su energía y su decisión mucho mayores. (...) Sus rasgos más destacados eran, principalmente, su dedicación completa a sus ideas, la subordinación total de su vida personal y la disposición para sacrificar cualquier cosa o a cualquier persona. En segundo lugar, la falta de vanidad o ambición personal, combinada con una inamovible convicción de que sobre cualquier asunto en discusión él solo tenía la verdadera respuesta. Y, en tercer lugar, cuando (y solo cuando) la política no estaba en juego, una cierta tolerancia hacia las rarezas. La concentración y la fuerza de voluntad eran sus rasgos esenciales.”
La personalidad de Lenin, según Robert Conquest en su obra "Lenin".