viernes, 30 de mayo de 2014
miércoles, 28 de mayo de 2014
martes, 27 de mayo de 2014
lunes, 26 de mayo de 2014
viernes, 23 de mayo de 2014
jueves, 22 de mayo de 2014
miércoles, 21 de mayo de 2014
martes, 20 de mayo de 2014
La intervención extranjera en la guerra civil
La
intervención extranjera en la guerra civil
El estallido de la guerra civil enjulio de 1936 puso de
manifiesto que España estaba en peligro inminente de anarquía; pero también
podríamos calificar de anárquico el sistema internacional contemporáneo. Las
cinco grandes potencias más interesadas en España ‑Gran Bretaña, Francia,
Alemania, Italia y la Unión Soviética‑ perseguían todas ellas fines: diferentes
y a la vez conflictivos.
[ ... ]
En todo caso, desde 1936 a 1939, el efecto de la
intervención extranjera en el curso de la guerra civil española y el efecto de
ésta sobre el curso de las relaciones entre las grandes potencias europeas
fueron ambos aspectos importantes de la larga crisis de treinta años que produjo
dos guerras mundiales. El episodio español expone todas las llagas de esa crisis
e ilumina los problemas del nacionalismo, la democracia, el fascismo, el
capitalismo, el comunismo y la rivalidad de las grandes potencias de nuestro
tiempo.
Whealey, Robert H. (1973): «La intervención extranjera
en la guerra civil española», Carr, Raymond (ed.): Estudios sobre la República y
la Guerra Civil española, Barcelona, Ariel, p. 266‑271 y 295.
lunes, 19 de mayo de 2014
La dimensión internacional de la Guerra Civil
La dimensión
internacional de la Guerra Civil
La guerra española fue el acontecimiento más importante y
complejo del panorama internacional europeo de los años 30, antes de la
expansión de la Alemania nazi.
La relación de cada una de las potencias y países
interesados en la guerra española fue bastante individual y diferenciada. La más
neutral de ellas fue Gran Bretaña, cuyo gobierno no deseaba tomar ninguna parte
en la contienda. Dentro del gobierno británico hubo división de opiniones: los
conservadores ciertamente no deseaban la derrota de Franco, mientras que para
los laboristas la guerra española llegó a ser un tema candente a favor del lado
opuesto. Pero oficialmente se mantuvo la neutralidad.
La situación de Francia era más complicada. En París había
un gobierno del Frente Popular, con evidente simpatía por los republicanos el
gobierno francés había llegado a depender en su estrategia internacional de la
Gran Bretaña y no actuaba de modo independiente. Por eso pronto aceptó la
postura inglesa y cooperó en la formación del
«Comité de No Intervención»
[ ... ] y las derechas francesas amenazaron al gobierno
con el espectro de una guerra civil en Francia si se ayudaba a los republicanos
[ ... ]
De los dictadores que intervinieron en España, el más firme
y resuelto fue Mussolini. El interés del gobierno italiano en la guerra española
estuvo motivado en parte por razones políticas, pero ante todo por razones
estratégicas -la ambición del fascismo italiano de crear un “mare nostrum” en el
Mediterráneo‑ [ ... ]
La política de Hitler fue más mesurada y también más
cínica. Ciertamente deseaba evitar la victoria de un régimen izquierdista en
España, y envió ayuda importante a los nacionales ‑sobre todo la Legión Condor‑,
pero el aspecto más importante de la guerra española para Hitler fue su utilidad
como factor de diversión. El conflicto de España alejaba la atención
internacional de la Europa central, donde Hítler estaba embarcado en un proceso
de rearme extenso y rápido.
Dos factores parecen haber impulsado a Stalin a intervenir
en España: uno de ellos fue la situación geoestratégica del país que no quería
abandonar a las potencias fascistas, y de otro, el hecho de que la revolución
colectivista en la zona republicana había dado origen a la única revolución
social ocurrida fuera de la URSS
Payne, Stanley (1996): «La dimensión internacional de la
Guerra Civil», ABC, 18‑7‑96, p. 58‑59.
viernes, 16 de mayo de 2014
Conquista de Badajoz: lucha a muerte y represión
Conquista de
Badajoz: lucha a muerte y represión
«Badajoz estaba defendida por el coronel Ildefonso
Puigdendolas, con unos 8.000 milicianos inexpertos.
Después de una mañana de bombardeo de la artillería, se
ordenó el ataque a media tarde del 14 de agosto. La 16.ª compañía de
la 4.ª bandera de la Legión se lanzó contra la puerta de la Trinidad,
cantando, en el momento del avance, su himno, en el que proclaman que su novia
es la muerte. En el primer asalto fueron rechazados por las ametralladoras de
los milicianos. Pero, al segundo, los legionarios consiguieron abrirse paso,
matando a sus enemigos a bayonetazos.
Habían conseguido entrar, aunque, de la fuerza de asalto,
sólo sobrevivieron un capitán, un cabo y catorce legionarios. Al mismo tiempo,
otra columna de legionarios asaltaba las murallas próximas a la puerta del
Pilar. Entonces la batalla continuó en las calles. Las dos fuerzas atacantes se
encontraron en la plaza de la República, bajo la sombra de la catedral, y la
lucha cuerpo a cuerpo continuó hasta la noche. Badajoz quedó sembrada de
cadáveres. El coronel Puigdendolas huyó a Portugal. Los legionarios mataron a
todo el que llevaba armas, incluso a unos milicianos que estaban en las gradas
del altar mayor de la catedral. La plaza de toros se convirtió en campo de
concentración. Muchos milicianos, y todavía más carabineros, fueron fusilados
por orden de Yagüe.»
H. THOMAS: La Guerra Civil
española. Madrid, 1979
miércoles, 14 de mayo de 2014
21.- La supresión de la coeducación
21.- La supresión de la coeducación
“Las
disposiciones de la Junta de Defensa Nacional, encaminadas a la moralización de
las costumbres, suprimieron la coeducación en los centros de enseñanza
secundaria y similares. En las poblaciones donde existe más de un Instituto, se
transforma uno en Instituto femenino. Cuando el triunfo seguro del glorioso
Ejército nacional quede consumado, se podrá fijar el número de Institutos
femeninos que conviene fijar en las capitales no sometidas.
Constituirá el
ideal que el profesorado de estos Institutos, excepto el de Religión, fuese
completamente femenino”.
Boletín oficial,
25 de septiembre de 1936.
martes, 13 de mayo de 2014
20.- Carta colectiva del episcopado español: la postura de la Iglesia.
20.-
Carta colectiva del episcopado español: la postura de la Iglesia.
“El 27 de
de febrero de 1936, a raíz del triunfo del Frente Popular, la Komintern rusa
decretaba la revolución española y la financiaba con exorbitantes cantidades. El
1º de mayo siguiente centenares de jóvenes postulaban públicamente en Madrid
“para bombas y pistolas, pólvora y dinamita para la próxima revolución”.
La guerra es, pues,
como un plebiscito armado. La lucha de los comicios de 1936, en que la falta de
conciencia política del gobierno nacional dio arbitrariamente a las fuerzas
revolucionarias un triunfo que no habían logrado en las urnas, se transformó por
la contienda cívico-militar, en la lucha cruenta de un pueblo partido en dos
tendencias: la espiritual, del lado de los sublevados, que salió a la defensa
del orden, la paz social, la civilización tradicional y la patria, y muy
ostensiblemente en un gran sector, para la defensa de la religión; y de otra
parte, la materialista, llámese marxista, comunista o anarquista, que quiso
sustituir, la vieja civilización de España, con todos sus factores, por la
novísima civilización de los soviets rusos (…)
Primero. Que la Iglesia, a
pesar de su espíritu de paz y de no haber querido la guerra ni haber colaborado
con ella, no podía ser indiferente en la lucha: se lo impedía su doctrina y su
espíritu, el sentido de conservación y la doctrina de Rusia (…)
Cuarta. Hoy por hoy no hay en
España más esperanza para reconquistar la justicia y la paz, y los bienes que de
ellas derivan, que el triunfo del movimiento nacional. Tal vez hoy menos que en
los comienzos de la guerra porque el bando contrario, a pesar de todos los
esfuerzos de sus hombres de gobierno, no ofrece garantías de estabilidad
política y social
1 de julio de 1937
viernes, 9 de mayo de 2014
18.- Franco, jefe de Estado y Generalísimo
18.- Franco, jefe de Estado y Generalísimo
La Junta de Defensa Nacional,
creada por Decreto de 24 de julio de 1936, y el régimen provisional de mandos
combinados respondían a las más apremiantes necesidades de la liberación de
España.
(…) Razones de todo linaje
señalan la alta conveniencia de concentrar en un solo poder todos aquellos que
han de conducir a la victoria final y al establecimiento, consolidación y
desarrollo del nuevo Estado, con la asistencia fervorosa de la Nación.
En consideración a los motivos
expuestos y segura de interpretar el verdadero sentir nacional esta Junta, al
servicio de España, promulga lo siguiente:
Artículo 1.- En cumplimiento
del acuerdo adoptado por la Junta de Defensa Nacional se nombra Jefe del
Gobierno del Estado Español al Excelentísimo señor General de División don
Francisco Franco Bahamonde, quien asumirá todos los poderes del nuevo Estado.
Artículo 2.- Se le nombra
asimismo, Generalísimo de las fuerzas nacionales de tierra, mar y aire, y se le
confiere el cargo de General Jefe de los ejércitos de operaciones.
Decreto de 29-9-1936
jueves, 8 de mayo de 2014
17.- El discurso de las tres “P”
17.- El discurso de las tres “P”
No tengo el
optimismo de un Pangloss ni voy a aplicar a este drama español la simplísima
doctrina del adagio de que “no hay mal que por bien no venga”. No es verdad.
Pero es obligación moral, sobre todo de los que padecemos la guerra, cuando se
acabe como nosotros queremos que se acabe, sacar de la lección y de la musa del
escarmiento el mayor bien posible y, cuando la antorcha pase a otras manos, a
otros hombres, a otras generaciones, que se acordarán, si alguna vez sientes que
les hierve la sangre iracunda y otra vez el genio español vuelve a enfurecerse
con la intolerancia y con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen
en los muertos y que escuchen selección: la de esos hombres que han caído
embravecidos por la batalla, luchando magnánimamente por un ideal grandioso,
que, ahora abrigados en la tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen
rencor, y nos envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de
una estrella, el mensaje de la patria eterna, que dice a todos sus hijos: Paz,
Piedad y Perdón.
Manuel Azaña, Presidente de
la República 1939
miércoles, 7 de mayo de 2014
16.-Los Trece Puntos de Juan Negrín
16.-Los Trece Puntos de Juan Negrín
“ 1. La independencia
de España.
2. Librar
a España de los militares extranjeros invasores.
3. República
democrática con un gobierno con autoridad plena.
4. Plebiscito para
determinar la estructuración jurídica y social de la República española.
5. Libertades
regionales sin detrimento de la unidad española.
6. Conciencia
ciudadana generalizada por el Estado.
7. Garantía de la
propiedad legítima y protección a la producción.
8.
Democracia campesina y liquidación de la propiedad semifeudal.
9. Legislación
social que garantice los derechos de los trabajadores.
10. Mejora
cultural, física y moral de la Raza.
11. Ejército al
servicio de la Nación, libre de tendencias y partidos.
12. Renuncia a la
guerra como instrumento de política nacional.
13. Amnistía amplia
para los españoles que quieran reconstruir y engrandecer España “.
martes, 6 de mayo de 2014
15.- Negrín y el apoyo comunista
15.- Negrín y el apoyo comunista
En la política
interior aquí se ha llegado a una unidad que aún no es perfecta pero si se
tienen en cuenta el periodo de anarquía por el que hemos pasado, no deja de ser
satisfactoria.
Por influjos
exteriores, por influjo de la propaganda enemiga; por celos de partidos que han
perdido vitalidad o no han encontrado arraigo en el pueblo, sigue manteniéndose
una enconada y dura campaña contra los comunistas. Yo no debo ocultárselo a Vd.,
a quien no vacilo en decirle que son mis mejores y más leales colaboradores. Los
más propicios a la abnegación y al renunciamiento en aras de la victoria. Pero
el hecho es que el menor pretexto sirve de motivo para emponzoñar el ambiente
intentando hacer creer que el gobierno está manejado por influencias extrañas.
Grave es el
problema que nos plantea el abastecimiento, estrechamente ligado con la
situación financiera. Sobre el particular urge llegar a acuerdos concretos, pues
su demora puede ser perniciosa para el desarrollo de la guerra.
Carta de Negrín a Stalin (11-11-38)
lunes, 5 de mayo de 2014
14.- Guerra y Revolución: la visión anarquista
14.- Guerra y Revolución: la visión anarquista
Que quede bien
entendido que no estamos luchando por la república democrática. Estamos luchando
por el triunfo de la revolución proletaria. La revolución y la guerra son
inseparables. Todo lo que se diga en sentido contrario es contrarrevolución
reformista.
Boletín de Información de la CNT-FAI
(enero,1937)
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