"Nadie niega hoy, como nadie dudó
entonces, que el ultimátum austríaco introdujo
no sólo la posibilidad de guerra, sino de guerra
general, Los estadistas de Viena conocían este
riesgo, así como los estadistas alemanes lo habían
advertido en las conversaciones de Berlín a principios
de julio. Rusia, que se consideraba a sí misma
como protectora de los europeos eslavos de los Balcanes,
no habría permitido que Servia fuera aplastada
ni que se transformase, de un reino independiente, en
una especie de protectorado de la Doble Monarquía.
El ultimátum era un reto a Rusia. Toda Europa se
dio cuenta de que la iniciativa, cargada de amenazas,
había venido de Austria y que no habría
sido tomada sin la promesa de apoyo dada en Berlín."
Raymond Aron. Un siglo de guerra
total.