El fracaso parcial del golpe llevó a la división del territorio en dos zonas y al inicio de la guerra.
La zona nacional contaba con las reservas de cereal y ganado de Castilla y Galicia y las minas de carbón leonés y de Riotinto en Huelva. Ante todo, tenía un ejército mucho más preparado que contaba con divisiones íntegras en Castilla, Galicia y Andalucía y, sobre todo, con el Ejército de África, la Legión y los Regulares,
En la zona republicana quedaron comprendidas las regiones
industriales, y contaba con el trigo en La Mancha y los productos
de las huertas levantinas. También pudo disponer de las reservas
de oro del Banco de España. Sin embargo, las unidades del
ejército quedaron prácticamente desarticuladas. La mayor parte
de los oficiales se sublevaron y el propio gobierno disolvió
muchas unidades cuya fidelidad era dudosa. La Armada, sin muchos
de sus oficiales, y la Aviación permanecieron en manos del
gobierno republicano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario