La ayuda extranjera
La desigual ayuda exterior recibida por ambos bandos fue uno de los factores que explican la victoria de los nacionales.
El bando nacional recibió desde un
primer momento una decidida ayuda de Hitler y Mussolini.
Tras recibir apoyo aéreo para pasar el Ejército de África a la
península, Mussolini envió setenta mil soldados italianos,
munición y material de guerra; y Hitler mandó la
Legíon Cóndor que incrementó de manera decisiva la
superioridad aérea de Franco. La colaboración de Portugal,
aunque no fue decisiva en el terreno militar, permitió el libre
paso de armas para el ejército de Franco por territorio luso. Por
último, hay que señalar las tropas marroquíes integradas en
el Ejército franquista y que a menudo fueron utilizadas como
fuerzas de choque.
La única ayuda que recibió el bando
republicano de las democracias fue las escasas armas enviadas
desde Francia en los primeros momentos del conflicto. La ayuda
francesa quedó inmediatamente cortada tras la firma del
Pacto de No Intervención.
La ayuda soviética comenzó a llegar a
tiempo para ayudar en la defensa de Madrid. Sin embargo, aunque
fue importante fue más dispersa y de menor calidad que la
que recibió Franco.
Las Brigadas Internacionales estuvieron
constituidas por grupos de voluntarios, no todos comunistas pero
reclutados por la Internacional Comunista en muchos países del
mundo. Fueron unos cuarenta mil y tuvieron un papel importante en
la defensa de Madrid y en las batallas del Jarama y Teruel.
Las presiones del
Comité de No Intervención y el desinterés de Stalin, que
pensaba ya en buscar algún tipo de acuerdo con Hitler,
hicieron que Negrín aceptase su salida de España a fines de 1938.
De nuevo, el
Comité de No Intervención fracasó en su intento de que las
tropas italianas que apoyaban a Franco abandonaran España.
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