martes, 15 de abril de 2014

5.- La represión.

5.- La represión.
 
 
«Agustín era un mozo sin inquietudes políticas. Lo que estaba pasando en España no era de su incumbencia. A él sólo le interesaba su lucha diaria con la tierra de labor. Esa tarde volvía de la huerta con el azadón al hombro, dispuesto a pasarlo bien en la taberna. En la carretera se encontró con Miguel, un muchacho de las Juventudes Socialistas; también Miguel regresaba del trabajo en la huerta, y juntos caminaron hacia el pueblo. Sin saberlo, iban al encuentro de una de esas aventuras que sólo se viven una vez. En el camino se cruzaron con un requeté navarro que paseaba con uno de los nuevos concejales.
El concejal pronunció unas palabras que, en sí mismas, eran inofensivas:

-Mira, ahí tienes a uno de los más rojos del pueblo.
El requeté no podía oír esto sin entrar en santa indignación. Se despidió de su acompañante y siguió a los muchachos.
 -Venga, veniros conmigo.
-¿A dónde?
-Al Ayuntamiento.
-¡Si nosotros no hemos hecho nada!
-Eso ya lo veremos allí.
 
Y nadie se preocupó de averiguarlo. Entraron en la celda donde había ya otras tres personas. El único que no tenía mucho miedo era Agustín, seguro de que podría aclarar las cosas antes de la noche.
Ya oscurecido, al terminar su partida de dominó, los requetés salieron de la taberna y se enfrentaron con la excitante noche veraniega. Alguien preguntó:
 
-¿Hay algún rojo en el Ayuntamiento?
-Seguro que hay alguno.
-Pues vamos a por ellos.    
Y así fue como los cinco hombres fueron conducidos a las tapias del cementerio y la noche se llenó de disparos.»
 
 
Julio de 1936, Rincón de Soto (Rioja), pue­blo ocupado por los rebeldes

No hay comentarios:

Publicar un comentario