jueves, 23 de febrero de 2012

Liberalismo político.LOS PODERES DE LOS CIUDADANOS Y SU REPRESENTACIÓN

LOS PODERES DE LOS CIUDADANOS Y SU REPRESENTACIÓN
¿Puede haber justicia y equidad social sin tolerancia? La garantía de equidad debe contemplar la diversidad de pensamientos e intereses presentes en cada estrato de la clasificación social. De nueva cuenta, Rawls pretende hacer una clasificación de la sociedad en razonables e irrazonables. Pero ¿cuál es el parámetro por medio del cual comprendemos cada una? Debemos considerar una reforma al contrato social para comprender esta teoría rawlsiana. Según nuestro controvertido autor, …"las personas razonables no las motiva el bien general como tal, sino el deseo mismo de que hay un mundo social en que ellas, como ciudadanos libres e iguales, puedan cooperar con los demás en términos que todos puedan aceptar"…entonces el grado de pensamiento razonables estará sujeto a la aprobación de los demás miembros de la sociedad. Ahora, es tajante al igual cuando dice que …"las personas son irrazonables en el mismo aspecto básico cuando planean comprometerse en esquemas de cooperación, pero no están dispuestos a honrar, ni siquiera a proponer, excepto como una simulación pública necesaria, ningún principio general o normas para especificar los términos justos de la cooperación"…¿es irrazonable obtener algún beneficio correspondiente al esfuerzo de nuestro trabajo?
Más importante que la calificación de la sociedad a nuestros pensamientos, la calidad moral del individuo recae en las consecuencias de sus actos. Pero nuevamente la moral va en relación con los intereses que se persigan. En su Teoría de la justicia, Rawls deforma la moral y lo justo, ya que en su afán de encontrar un método de convivencia armoniosa y equitativa, suplanta lo justo supeditando su legitimidad a la aceptación moral de los actos; entonces ¿en donde queda el pensamiento racional o razonable del hombre en sociedad?. En otras palabras, lo razonable implica el interés de más de dos personas, merma el beneficio individual y lo encontramos en el ámbito público. Lo racional representa el beneficio de uno solo y por lo tanto no es considerado como moral dentro de la concepción equitativa de la justicia en la Teoría de la justicia de Rawls, ya que no es de reconocimiento universal. La historia del hombre nos indica que todas estas consideraciones, que bien pueden ser calificadas como justas y equitativas, no se han podido implantar en dos mil años de historia contemporánea, por lo tanto la posición original de Rawls es un mero idealismo del cual se pueden obtener supuestos valorativos, pero solo eso, supuestos.
Dejemos ahora la calificación y clasificación de la sociedad. Veamos su derivación en la sociedad política, que implica sanciones coercitivas dada la existencia de un órgano de gobierno restrictivo, cuyas instituciones están abiertas al escrutinio público. Mediante esta dualidad, la sociedad civil acepta al gobierno en tanto que éste cumpla con los objetivos que la sociedad demanda. Su desarrollo ha llevado a la instauración de sistemas de gobierno acordes a las características propias de cada sociedad, las cuales son tan variables como naciones han experimentado cambios en ellos. En cualquier caso, una sociedad ordenada estará regida por orden en la concepción pública de la justicia la cual debe cumplir con tres principios fundamentales:
  1. El reconocimiento y la aceptación de los principios públicos de la justicia.
  2. Creencias generales por medio de las cuales se aceptan estos principios. Su relación y funcionamiento con el orden social.
  3. Justificación plena y aceptada de las sanciones y la cualidad de órgano restrictivo, como es el Estado.
Si se cumplen estos puntos, los enfrentamientos entre sociedad civil y Estado serán para acordar la legitimación de las normas de conducta en cuyas libertades implican las obligaciones de ambas partes, así como las sanciones correspondientes, lo cual les otorga autonomía y que se puede interpretar como un contrato social cuyo principal producto son los derechos y libertades del hombre y del gobierno.
Así, la aceptación pública de los principios de justicia que llevados a su máxima aplicación pueden hacer realidad la posición original de Rawls, serán más estables ante la vulnerabilidad que representa el pluralismo social, étnico, religioso y filosófico que componen cada sociedad. Pero que ésta interpretación política del orden civil sea la mejor para llegar a la sociedad armoniosa no garantiza de ninguna forma la factibilidad de su aplicación.

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