sábado, 30 de junio de 2012

Revolución francesa (2)


Revolución Francesa
Capitulo II
La Toma de la Bastilla
No obstante su explícito respeto al rey, muchos cuadernos planteaban el deseo de que se formulase una Constitución para el país.
La primera sesión de los Estados Generales se realizó el 5 de mayo de 1789, en Versalles. El rey había elegido este lugar sin considerar que el lujo de la corte podía irritar los ánimos de los representantes del tercer estado. En la reunión inaugural, el monarca tomó la palabra señalando a los presentes que su ocupación esencial sería hacer las reformas financieras. En el fondo, su discurso dejó claro que él no quería oír nada acerca de la Constitución. Desde ese momento se pudo advertir que el pueblo y el monarca no serían compañeros de equipo. Otro punto que provocó desacuerdo se refería a la forma en que se celebrarían las sesiones.(En la imagen: la Toma de la Bastilla, fortaleza utilizada como prisión, fue el hecho que inauguró el periodo de violencia de la Revolución Francesa)
El monarca y la nobleza deseaban que cada orden se reuniese por separado. El tercer estado, en cambio, quería que todos formasen una asamblea única, en la que se adoptaran las resoluciones con voto individual.
La Asamblea Nacional
Cuando el rey se retiró de la reunión inaugural, fue despedido con aplausos que no reflejaban aprobación sino más bien simple cortesía.
Al término de la reunión, el tercer estado se congregó por su cuenta, resolviendo no aceptar las deliberaciones de cada orden por separado. Más tarde, el tercer estado invitó a la nobleza y al clero a sumarse a esta iniciativa. Algunos miembros del clero acogieron este llamado, y el 17 de junio, el tercer estado, acompañado de unos 15 sacerdotes, se autodeclaró Asamblea Nacional.
La nobleza y los obispos, en su mayoría, solicitaron al rey que impusiera su autoridad para impedirles salirse con la suya. Como primera medida, se clausuró la sala en que el grupo realizaba sus reuniones. Pero eso no resultó ser un obstáculo serio, ya que la Asamblea simplemente se cambió de local y sesionó en un lugar utilizado para juego de pelota. Allí, el 20 de junio, estos delegados jugaron no separarse "hasta que la Constitución del reino fuera establecida sobre firmes fundamentos". Tres días más tarde se presentó el rey, ordenando que volviesen a sesionar por grupos separados y les negó el derecho a legislar. El monarca dio por terminada la sesión, pero los partidarios de la Asamblea no se movieron del lugar. El conde de Mirabeau, que pese a su título mobiliario era representante del tercer estado, señaló que sólo abandonarían el lugar por la fuerza de las bayonetas. El rey no se atrevió a usar la violencia y, a regañadientes, los dejó quedarse.
A medida que pasaban los días, más y más miembros del clero e incluso de la nobleza abandonaban sus posturas iniciales para sumarse a la Asamblea Nacional, que más tarde tomó el título de Asamblea Constituyente. Siguiendo el viejo lema de "si no puedes ir en contra únete a ellos", el rey terminó por ordenar a todos los representantes tomar parte en la Asamblea.
El pueblo en armas
A pesar de haber dado su autorización, el rey, naturalmente, no estaba de acuerdo con la situación que se estaba viviendo. Tampoco lo estaban algunos nobles. El ambiente era tan tenso que se emplazaron tropas armadas en las afueras de París y de Versalles. La gota que colmó el vaso fue la destitución de Necke. El pueblo entero manifestó su descontento y se proclamó a favor de la Asamblea Constituyente. Esto no quedó en meras declaraciones. La multitud se sublevó y saqueó varias tiendas de armas.
Uno de los primeros objetivos de las enfurecida turba en París fue la Bastilla, una fortaleza que servía de prisión y que simbolizaba para muchos la arbitrariedad del régimen. Cientos de hombres armados se dirigieron a ese lugar, el 14 de julio de 1789, exigiendo su rendición. En un comienzo se intentó negociar, pero luego los amotinados fueron atacados. Se inició de esa forma una batalla sangrienta que terminó con la caída de la fortaleza. El gobernador de la Bastilla, De Launey, murió degollado y su cabeza fue llevada por las calles sobre la punta de una lanza.
El mismo día en que estos hechos ensangrentaban París, el rey había salido de cacería. El día 15 le comunicaron la noticia. Sin llegar a comprender la magnitud real de lo sucedido, el soberano preguntó: "¿Se trata de una revuelta?". La respuesta fue lapidaria: "No majestad, es una revolución".
Fin de privilegios
La Toma de la Bastilla hizo que todo París se convirtiera en un campo de batalla. En las calles y plazas se levantaron barricadas. La Fayette fue proclamado comandante de la Guardia Nacional, y Jean Sylvain Bailly, un astrónomo, alcalde de la ciudad.
La Asamblea Nacional seguía angustiada por las tropas que la rodeaban, pero el rey las hizo retirar. El 17 de julio, Luis XVI llegó a París y aceptó de manos de Baily, la escarapela tricolor (azul y rojo, colores de la ciudad, y blanco como color de los Borbones), símbolo de la revolución.
Abolición de privilegios
En la Asamblea Nacional donde llegaron noticias terribles de provincias, para tranquilizar los espíritus pareció indispensable abolir el sistema feudal que, de hecho, ya estaba aniquilado. El 4 de agosto la Asamblea abolió los privilegios de la nobleza. La lista de acuerdos comprendía: la eliminación de servidumbre, de los derechos de caza, de palomar y de conejera, la admisión de los ciudadanos a todos los cargos civiles y militares, la gratuidad de la justicia y la prohibición de comerciar con los cargos.
Los acuerdos tomados interrumpieron los debates de un tema que interesaba principalmente a La Fayette. Era la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano,(en la imagen) que había de constituir la introducción teórica a la Constitución Futura, y cuyas ideas principales, tomó éste de la Constitución de algunos de los estados norteamericanos recién independizados.
París retiene al rey
Adoptado los derechos del hombre el 27 de agosto, la Asamblea, llamada ahora Constituyente, pasó a redactar la Constitución. Pero su discusión no impedía que, de tiempo en tiempo, fuese reclamada por las duras necesidades de la realidad y hubiese de ocuparse de la amenazadora banca rota. El paro de industrias y del comercio aumentó el número de hambrientos y vagabundos. La elevación del precio de los granos, a consecuencia de malas cosechas y peores sistemas de distribución, obligó a comprar trigos a precios muy altos .
En las masas de la capital, el miedo al hambre colectiva uniese con la idea de que se debía traer al rey a París, para hacerle saber los deseos del pueblo. Pero, sobre todo, la capital sintió gran indignación cuando supo que el rey y la reina se había presentado en un banquete en el cual la bandera tricolor había sido insultada. Jean Paul Marat, médico enfermo, desilusionado y fanático, llamó a los pobres al combate. Por la mañana del 5 de octubre de 1789, grandes masas humanas de ambos sexos se dirigieron a Versalles para llevar al rey a París. El pueblo rodeó el palacio, donde nadie se atrevía a resolverse por la huída. El rey despidió con buenas palabras a la comisión de mujeres que pedía pan blanco. Eso sí, no recibieron una respuesta tan comprensiva de la reina María Antonieta, quien al saber el hambre de pan que había, contestó: "Que coman tortas, pues".
El rey regresa a París
En esta misma oportunidad, el rey aprobó los derechos del hombre. Pero delante del palacio había disturbios y peleas con los guardias. La situación se hacía cada vez más peligrosa. Finalmente, a la caída de la tarde, se presentó La Fayette con 20 mil hombres de la Guardia Nacional, y pidió al rey, entre otras cosas, que tomase el palacio de las Tullerías, en París, por residencia habitual y que mandase que el servicio de éste fuese desempeñado por las Guardias Nacionales. Puso centinelas en las puertas del palacio y a medianoche se fue a acostar. Al amanecer del 6 de octubre, una masa de plebe penetró en el palacio por una puerta que no estaba guardada, y mató a varios centinelas de la Guardia Real. La reina, medio desnuda, y cuya cabeza pedía la multitud, huyó a las habitaciones del rey.
Ambos fueron salvados por La Fayette, a quien sacaron apresuradamente de su sueño. Desde el balcón, el rey prometió trasladarse a París. Por la tarde emprendió el triste camino hacia la capital con su familia y acompañado de una salvaje multitud a cuya vanguardia iban las cabezas cortadas de los infieles guardias asesinados. Así, Luis XVI pasó a ser prisionero de París.
Entretanto, la Asamblea Constituyente seguía redactando la nueva Constitución. Sus trabajos fueron interrumpidos con la celebración del primer aniversario de la Toma de Bastilla. De toda Francia acudieron comisiones a la fiesta. El inmoral, cojo, joven, alegre y flexible obispo Carlos Mauricio de Talleyrand bendijo las banderas de la Guardia Nacional, y La Fayette, nombrado comandante supremo de esta arma para todo el reino, se adelantó el primero al altar de la patria, para jurar fidelidad a la nación, a la ley y al monarca.

viernes, 29 de junio de 2012

El cartismo

El cartismo
Al igual que el ludismo el cartismo fue un movimiento propio de laprimera etapa del movimiento obrero. Pero, a diferencia de aquel, tuvo una índole esencialmente política. El término procede de la “Carta del Pueblo”, documento enviado al Parlamento Británico en 1838, en el que se reivindicaba el sufragio universal masculino y la participación de los obreros en dicha institución. Los defensores del cartismo pensaban que cuando los trabajadores alcanzasen el poder político, podrían adecuar las leyes a sus intereses de clase. La duración de este movimiento abarcó una década, entre 1838 y 1848.
El cartismo supuso la toma de contacto de las masas obreras con laacción política. Hasta entonces habían concentrado su empeño en la conquista de mejoras de carácter laboral.
En la “Carta” demandaban el sufragio universal, la supresión del certificado de propiedad como requisito para formar parte del Parlamento,inmunidad parlamentaria, un sueldo para los diputados, etc; estas peticiones poseían un marcado carácter político y eran necesarias -según sus defensores- para conseguir una profunda transformación social.
El movimiento fracasó, entre otras causas, por las disensiones internas entre sus diversas tendencias, la moderada y la radical. La tendenciamoderada la representaban Lovett y Owen, inclinados a demandas de tipo económico y laboral; la más radical la lideraron el irlandés O’Connor yO’Brien, ambos partidarios de acciones contundentes que incluían el empleo de la huelga general.
La represión del gobierno británico, que militarizó las zonas en donde la agitación se hizo más activa, abortó el movimiento. Éste quedó escindido de forma irreversible hasta su desaparición.
El fracaso de la revolución de 1848 asestó el golpe definitivo a las aspiraciones cartistas. En adelante la lucha de carácter político sería abandonada por los obreros ingleses quienes moderaron en gran medida sus reivindicaciones para concentrarse en la lucha de carácter sindical. La acción política se circunscribió al continente, de manera más significativa a Francia.
Aunque el cartismo se malogró, constituyó una importante experiencia para la clase obrera en su intento de mejora de las condiciones de vida; su acción forzó al gobierno británico a articular una legislación que en ocasiones contó con un elevado contenido social, siendo un ejemplo de ello la “Ley de las diez horas”.

jueves, 28 de junio de 2012

El ludismo

El ludismo
El ludismo fue un movimiento social que se caracterizó por la oposición a la introducción de maquinaria moderna en el proceso productivo. Se desarrolló durante las primeras etapas del proceso de industrialización y dió lugar a violentas acciones de destrucción de máquinas. Su origen se remonta a la acción de "Ned Ludd", su mítico líder, un tejedor que en 1779 fue supuestamente pionero en este tipo de prácticas tras destruir el telar mecánico que manipulaba. Se desarrolló entre 1800 y 1830, fundamentalmente enInglaterra y su intervención estuvo jalonada por una oleada de amenazas, tumultos y desórdenes que amedrentó a los patronos y provocó la intervención del gobierno.
La causa principal que desencadenó los disturbios fue la precaria situación laboral y social creada tras la introducción de moderna maquinaria en la producción de textiles, arrastrando a la ruina a los telares tradicionales, impotentes a la hora de competir con las fábricas de reciente creación. Los viejos artesanos perdieron sus negocios y cayeron en el desempleo.
La agitación que afectó inicialmente a la industria textil se extendió también al campo, donde el supuesto cabecilla "Capitan Swing" y sus seguidores dirigieron su ira contra las trilladoras incorporadas a las labores agrícolas.
Las acciones contra las máquinas constituyeron el precedente de otras venideras, esta vez mejor organizadas, dirigidas, no contra las máquinas, sino contra sus propietarios. El ludismo reunía algunos rasgos característicos de los motines del Antiguo Régimen, frecuentes en períodos de crisis de subsistencias. Coincidió con ellos en la espontaneidad y en la ausencia de una ideología política definida que los vertebrase. Pero al tiempo, presentabamodernas peculiaridades propias de los movimientos obreros de la segunda mitad del siglo XIX. 
El movimiento alcanzó su cénit coincidiendo con los altercados que se desarrollaron en Inglaterra durante los años 1811 y 1812, reprimidos con suma dureza por el gobierno, a raíz de los cuales fueron detenidos y juzgados numerosos revoltosos, de los que unos treinta fueron condenados a la horca.
Otros países padecieron similares desórdenes: fue el caso de Francia(entre 1817 y 1823), Bélgica, Alemania o España (Alcoy en 1821 y Barcelona en 1835).

miércoles, 27 de junio de 2012

EL MOVIMIENTO OBRERO

EL MOVIMIENTO OBRERO
La economía capitalista e industrializada del siglo XIX, organizada en torno a los principios del liberalismo, consagraba la existencia de dos clases sociales: la trabajadora, desprovista de los medios de producción y forzada a vender su fuerza de trabajo, y la burguesa, dueña de esos medios e inclinada a incrementar sus beneficios a costa de las condiciones salariales y laborales de la primera. Cada vez más se extendió la percepción de que el capitalismo consagraba unas injustas desigualdades que había que eliminar.
El movimiento obrero surgió de esas condiciones, pero alcanzó mayor o menor fuerza en función del grado de desarrollo industrial de los países. Los primeros movimientos de masas de carácter moderno se originaron enInglaterra. Cristalizaron en episodios como la destrucción de máquinas(Ludismo) y la creación de las Trade Unions, primeras asociaciones de carácter sindical. El que el fenómeno se produjese en Inglaterra y no en otro país se debió a su carácter de pionera de la industrialización. Más tarde, estructurados en torno a la ideología marxista, surgieron partidos de extracción obrera que jugaron un importante papel en la acción política y social.

martes, 26 de junio de 2012

La doctrina social de la Iglesia

La doctrina social de la Iglesia
Tanto el liberalismo como el socialismo abogaban por la secularización de la sociedad, eliminando con ello el protagonismo que la Iglesia había mantenido hasta entonces. La Iglesia condenó estas ideologías, prueba de ello fue la política reaccionaria desarrollada durante el pontificado de Pío IX, radicalmenteopuesto a los cambioque estaban aconteciendo.


Ante el imparable proceso de industrialización, el constante crecimiento de las masas obreras y de la conflictividad social, hubo católicos que criticaron la explotación a la que estaba siendo sometido el proletariado. Surgió de ese modo la denominada“doctrina social de la Iglesia”, condensada en una serie de documentos, entre los que cabe destacar la encíclica "Rerum novarum" (“De las cosas nuevas”), promulgada en 1891 por el Papa León XIII.
En ella se preconizaba un orden social basado en la justicia y la caridad, exhortando al Estado a socorrer a las clases más desfavorecidas y alentando el asociacionismo de los trabajadores y fórmulas de asistencia social.
La doctrina social de la Iglesia, sin embargo, no constituyó un corpus teóricoen sí misma, sino que se expresó mediante una serie de consejosencaminados a ilustrar a los fieles sobre cómo afrontar los retos sociales y económicos del mundo moderno, desde los presupuestos de la fe cristiana.
Negó la existencia de la lucha de clases, tal y como preconizaba el marxismo, y propuso en su lugar la armonía, la convivencia y el diálogo entre patronosobreros, exhortando a los primeros a mitigar la miseria de los segundos. De igual modo protegió la propiedad privada combatida por marxistas y anarquistas, considerándola como un instrumento al servicio del bien común.

lunes, 25 de junio de 2012

Pensadores anarquistas

Pensadores anarquistas
Tres figuras destacan en el pensamiento anarquista:
Pierre Joseph Proudhon (1809-1865)
Su influencia se dejó sentir hasta la década de los años 60 del siglo XIX, a partir de la cual alcanzaron más relevancia las ideas de Bakunin y Kropotkin. Aunque muy relacionado con el grupo de los socialistas utópicos, de quien fue contemporáneo, se le considera el fundador del anarquismo; sus escritos son posteriores a 1848.
Criticó el juego parlamentario, sosteniendo que elsufragio universal es fácilmente manejable por la propaganda de los partidos burgueses.
Frente al Estado y la Ley preconizó la asociación de pequeños productores autónomos reunidos políticamente en una federación de comunassocialmente articuladas en torno al mutualismo y el cooperativismo.  

Confió en la vía pacífica y en la ayuda mutua como formas de conseguir la liberación del hombre, siendo ajeno a los anarquistas que alentaron el uso de la violencia.
Bakunin (1814-1876)
Fue el primer teórico anarquista en presentar su pensamiento de una manerasistemática.


Propuso la colectivización (“anarco-colectivismo”)de los medios de producción (capital, tierra, industrias, etc), pero no así de los frutos que se obtienen de ellos. En esto difería de la postura más radical de Kropotkin quien sostenía que dichos frutos también debían ser de propiedad colectiva.
Según Bakunin, el Estado y otras instituciones como la Iglesia y elEjército han de ser reemplazados por una federación de comunascreadas de forma espontánea. Minimizó el papel de los partidos políticosrevolucionarios como instrumento de transformación social e igualmente rechazó el juego político parlamentario.
Kropotkin (1842-1921)
Aristócrata ruso antizarista, estuvo muy influidopor las ideas de Bakunin a quien apoyó en laPrimera Internacional frente a Marx. Abogó por unasociedad sin Estado, donde el trabajo intelectual y manual no estuviesen separados y los hombres practicaran el apoyo mutuo, lalibertad, la solidaridad y la justicia.


Kropotkin alentó la acción de los obreros por la vía sindical, no política, siendo representante del denominado “anarcosindicalismo”.
Como instrumento indispensable para cambiar la sociedad propuso laeducación, aunque también ponderó la violencia para conseguirlo.
Además de estos conocidos pensadores se distinguió:
G. Sorel (1847-1922)
Sindicalista francés. En su obra “Reflexiones sobre la violencia, 1908, defendió la huelga general y la acción violenta como medios para destruir el estado capitalista. Sus principios inspiraron en buena medida al movimiento fascistade Mussolini y tuvieron cierta influencia sobre Lenin.

domingo, 24 de junio de 2012

Revolución francesa (1)


Revolución Francesa
Capitulo I
Proceso social y político acaecido en Francia entre 1789 y 1799, cuyas principales consecuencias fueron el derrocamiento de Luis XVI, perteneciente a la Casa real de los Borbones, la abolición de la monarquía en Francia y la proclamación de la I República, con lo que se pudo poner fin al Antiguo Régimen en este país.
Aunque las causas que generaron la Revolución fueron diversas y complejas, éstas son algunas de las más influyentes: la incapacidad de las clases gobernantes —nobleza, clero y burguesía— para hacer frente a los problemas de Estado, la indecisión de la monarquía, los excesivos impuestos que recaían sobre el campesinado, el empobrecimiento de los trabajadores, la agitación intelectual alentada por el Siglo de las Luces y el ejemplo de la guerra de la Independencia estadounidense.
Las teorías actuales tienden a minimizar la relevancia de la lucha de clases y a poner de relieve los factores políticos, culturales e ideológicos que intervinieron en el oigen y desarrollo de este acontecimiento.

Las razones históricas de la Revolución

Más de un siglo antes de que Luis XVI ascendiera al trono (1774), el Estado francés había sufrido periódicas crisis económicas motivadas por las largas guerras emprendidas durante el reinado de Luis XIV, la mala administración de los asuntos nacionales en el reinado de Luis XV, las cuantiosas pérdidas que acarreó la Guerra Francesa e India (1754-1763) y el aumento de la deuda generado por los préstamos a las colonias británicas de Norteamérica durante la guerra de la Independencia estadounidense (1775-1783).
Los defensores de la aplicación de reformas fiscales, sociales y políticas comenzaron a reclamar con insistencia la satisfacción de sus reivindicaciones durante el reinado de Luis XVI. En agosto de 1774, el rey nombró controlador general de Finanzas a Anne Robert Jacques Turgot, un hombre de ideas liberales que instituyó una política rigurosa en lo referente a los gastos del Estado.
No obstante, la mayor parte de su política restrictiva fue abandonada al cabo de dos años y Turgot se vio obligado a dimitir por las presiones de los sectores reaccionarios de la nobleza y el clero, apoyados por la reina, María Antonieta de Austria.
Su sucesor, el financiero y político Jacques Necker tampoco consiguió realizar grandes cambios antes de abandonar su cargo en 1781, debido asimismo a la oposición de los grupos reaccionarios. Sin embargo, fue aclamado por el pueblo por hacer público un extracto de las finanzas reales en el que se podía apreciar el gravoso coste que suponían para el Estado los estamentos privilegiados.
La crisis empeoró durante los años siguientes. El pueblo exigía la convocatoria de los Estados Generales (una asamblea formada por representantes del clero, la nobleza y el Tercer estado), cuya última reunión se había producido en 1614, y el rey Luis XVI accedió finalmente a celebrar unas elecciones nacionales en 1788.
La censura quedó abolida durante la campaña y multitud de escritos que recogían las ideas de la Ilustración circularon por toda Francia. Necker, a quien el monarca había vuelto a nombrar interventor general de Finanzas en 1788, estaba de acuerdo con Luis XVI en que el número de representantes del Tercer estado (el pueblo) en los Estados Generales fuera igual al del primer estado (el clero) y el segundo estado (la nobleza) juntos, pero ninguno de los dos llegó a establecer un método de votación.
A pesar de que los tres estados estaban de acuerdo en que la estabilidad de la nación requería una transformación fundamental de la situación, los antagonismos estamentales imposibilitaron la unidad de acción en los Estados Generales, que se reunieron en Versalles el 5 de mayo de 1789. Las delegaciones que representaban a los estamentos privilegiados de la sociedad francesa se enfrentaron inmediatamente a la cámara rechazando los nuevos métodos de votación presentados.
El objetivo de tales propuestas era conseguir el voto por individuo y no por estamento, con lo que el tercer estado, que disponía del mayor número de representantes, podría controlar los Estados Generales. Las discusiones relativas al procedimiento se prolongaron durante seis semanas, hasta que el grupo dirigido por Emmanuel Joseph Sieyès y el conde de Mirabeau se constituyó en Asamblea Nacional el 17 de junio.
Este abierto desafío al gobierno monárquico, que había apoyado al clero y la nobleza, fue seguido de la aprobación de una medida que otorgaba únicamente a la Asamblea Nacional el poder de legislar en.materia fiscal. Luis XVI se apresuró a privar a la Asamblea de su sala de reuniones como represalia. Ésta respondió realizando el 20 de junio el denominado Juramento del Juego de la Pelota, por el que se comprometía a no disolverse hasta que se hubiera redactado una constitución para Francia.
En ese momento, las profundas disensiones existentes en los dos estamentos superiores provocaron una ruptura en sus filas, y numerosos representantes del bajo clero y algunos nobles liberales abandonaron sus respectivos estamentos para integrarse en la Asamblea Nacional.

El inicio de la Revolución

El rey se vio obligado a ceder ante la continua oposición a los decretos reales y la predisposición al amotinamiento del propio Ejército real. El 27 de junio ordenó a la nobleza y al clero que se unieran a la autoproclamada Asamblea Nacional Constituyente. Luis XVI cedió a las presiones de la reina María Antonieta y del conde de Artois (futuro rey de Francia con el nombre de Carlos X) y dio instrucciones para que varios regimientos extranjeros leales se concentraran en París y Versalles.
Al mismo tiempo, Necker fue nuevamente destituido. El pueblo de París respondió con la insurrección ante estos actos de provocación; los disturbios comenzaron el 12 de julio, y las multitudes asaltaron y tomaron La Bastilla —una prisión real que simbolizaba el despotismo de los Borbones— el 14 de julio.
Antes de que estallara la revolución en París, ya se habían producido en muchos lugares de Francia esporádicos y violentos disturbios locales y revueltas campesinas contra los nobles opresores que alarmaron a los burgueses no menos que a los monárquicos. El conde de Artois y otros destacados líderes reaccionarios, sintiéndose amenazados por estos sucesos, huyeron del país, convirtiéndose en el grupo de los llamados émigrés.
La burguesía parisina, temerosa de que la muchedumbre de la ciudad aprovechara el derrumbamiento del antiguo sistema de gobierno y recurriera a la acción directa, se apresuró a establecer un gobierno provisional local y organizó una milicia popular, denominada oficialmente Guardia Nacional. El estandarte de los Borbones fue sustituido por la escarapela tricolor (azul, blanca y roja), símbolo de los revolucionarios que pasó a ser la bandera nacional.
No tardaron en constituirse en toda Francia gobiernos provisionales locales y unidades de la milicia. El mando de la Guardia Nacional se le entregó al marqués de La Fayette, héroe de la guerra de la Independencia estadounidense. Luis XVI, incapaz de contener la corriente revolucionaria, ordenó a las tropas leales retirarse. Volvió a solicitar los servicios de Necker y legalizó oficialmente las medidas adoptadas por la Asamblea y los diversos gobiernos provisionales de las provincias.

Luis XVI y María Antonieta
La falta de voluntad fue una de las características de Luis XVI (en la imagen), quien subió al trono de Francia a la muerte de su abuelo, Luis XV. Los historiadores lo describen como un personaje rechoncho, de andar torpe y sin muchas condiciones para hacer frente al difícil periodo en que le tocó gobernar.
Cuando subió al poder declaró que deseaba ser amado por sus súbditos e hizo todo lo que pudo para conseguirlo. Por ejemplo, despidió a dos ministros de su antecesor Maupeou y Terray, que eran aborrecidos. Además restableció los Parlamentos que había abolido Luis XV, sin imaginar los dolores de cabeza que estos le darían más adelante.
En realidad Luis XVI tenía buenas intenciones, pero carecía de capacidad para el manejo público. Su gran pasión era la caza y él mismo llevaba una estadística: entre 1775 y 1789 salió a cazar nada menos que 1562 días. Se cuenta también que al regresar de su jornada de cacería, acostumbraba darse un banquete y luego dormirse.
El collar de la reina
A pesar de su poca fortaleza, el pueblo no sentía mayor antipatía por este monarca. Por el contrario, veía con malos ojos a su esposa, María Antonieta, (en la imagen) que era de origen austriaco. La reina, hermosa y alegre, tenía fama de frívola.
El comportamiento irresponsable de la reina, en lo que a gastos se refiere, era el blanco común de la crítica de sus adversarios. Su popularidad cayó aún más a mediados de la década de 1780, cuando la soberana se vio envuelta en un bullado escándalo. Este episodio pasó a la historia como el "asunto del collar de diamantes" que, se cree, fue urdido por adversarios de María Antonieta. Todo comenzó cuando una estafadora que se hacía llamar condesa de Lamotte convenció al cardenal de Rohan, a quien la reina no podía ver, de que podría ganar la amistad de la soberana regalándole un hermoso collar de diamantes. El pobre cardenal cayó en la trampa y encargó la joya, la cual nunca llegó a manos de María Antonieta. Cuando la estafa fue descubierta, se produjo un escándalo y se cuestionó no sólo la honestidad del cardenal sino también la de la reina. Ambos fueron posteriormente absueltos, pero el daño a su imagen ya estaba hecho.
Prestigio internacional
En tiempos de Luis XVI, Francia tenía problemas económicos, pero gozaba de una buena posición en el plano internacional. Como Inglaterra le disputaba supremacía en Europa, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Vergennes, buscó la forma de dar un golpe al adversario. Encontró el escenario propicio en Estados Unidos, país que luchaba por independizarse. Luis XVI reconoció la independencia de esa nación en 1778 y firmó una alianza que le llevó a aumentar su prestigio y también sus problemas financieros.
Al borde de la bancarrota
En el reinado de Luis XVI había graves problemas. Y no era para menos, considerando el lujoso modo de vida de la realeza y los cortesanos, que gastaban dinero a manos llenas.
El encargado de manejar las finanzas fue Robert Turgot, que tenía fama de ser un hombre serio y honesto. Cuando asumió su cargo de inspector general, dio a conocer al rey sus propósitos: "nada de bancarrota, nada de aumento de tributos, nada de empréstitos". La idea de Turgot era reducir los gastos, pero esto era difícil de conseguir. El ministro de finanzas estaba consciente de ello, incluso señaló al rey: "tendré que luchar con la generosidad de Vuestra Majestad y de las personas que le son más queridas. Seré temido, odiado aún por casi todos los que componen la corte, por todos los que solicitan mercedes". Luis XVI, al parecer con buena voluntad, le aseguró su respaldo.
Turgot sustituyó el trabajo de mantención de caminos, al que estaban obligados los habitantes, por un impuesto. Lo importante de esta medida era que todos los propietarios debían pagar el tributo, incluso los nobles, quienes tradicionalmente habían estado exentos de impuestos. Otra medida consistió en abolir las corporaciones o gremios las que reunían a quienes desempeñaban un mismo oficio imponiendo reglamentos que impedían la libertad de trabajo. Con estas medidas Turgot se ganó grandes enemigos: los parlamentos, la corte, los maestros de diversos oficio y todos los que vieron disminuidos sus privilegios, se pusieron en contra suya. A pesar del apoyo del monarca, Turgot fue destituido en mayo de 1777.
Jacobo Necker, rico banquero fue el sucesor de Turgot. Su receta para conseguir dinero fue recurrir a los préstamos públicos contratados por el Estado. Sin embargo, al publicar el presupuesto estatal no daba datos reales.
A pesar de lo anterior, el informe de Necker permitió a la gente tener una idea de lo que se gastaba en la corte, lo cual antes no se había hecho público. Así se ganó la simpatía de muchos sectores, pero también la furia de la reina y sus amigos. Con tan poderosos oponentes, Necker no pudo seguir adelante y se retiró en 1783.
Posteriormente María Antonieta hizo valer sus influencias ante el rey y logró el nombramiento de Carlos Alejandro de Calonne como inspector general, quien corrió una suerte similar a su antecesor. Su cargo paso a manos de Loménie de Brienne.
 
La defensa de los privilegios
Ante un panorama financiero de lo más desastroso, Brienne no tuvo otro remedio que pedir más préstamos. Pero eso no bastaba. Retomó entonces la idea de establecer un impuesto sobre las tierras, sin ninguna excepción. Esta vez la posición del Parlamento fue fiera. Como este tribunal debía registrar los edictos, utilizó esta facultad como un arma de batalla. Exigió que se le mostrase el estado de las cuentas. El rey se negó y, a partir de entonces, esta verdadera "guerra fría" fue cobrando proporciones cada vez mayores. El Parlamento de París comenzó a bombardear con diversos planteamientos: pidió que, antes que se implantase ningún impuesto nuevo, la nación se reuniese en asamblea.
También afirmó tajantemente que "sólo la nación tiene derecho a conseguir subsidios", y sostuvo que "los impuestos deben ser consentidos por los que han de soportarlos".
Esta posición del Parlamento no pretendía defender los derechos del pueblo o de los pobres, sino los privilegios de las clases acomodadas, como los nobles. Claro que toda la gente se vio involucrada en este clima de agitación. En París se respiraba un aire cargado de tensiones; se quemaban en la calle efigies de los ministros, y los consejeros de María Antonieta le hicieron notar que haría bien en no aparecer por la capital.
La batalla entre el gobierno y el Parlamento continuaba. El rey impuso su voluntad y obligó a registrar sus edictos. Acto seguido, el Parlamento los anuló. En fin, la propia autoridad del monarca estaba quedando por el suelo, aún cuando éste lograra salirse con la suya declarando que los registros eran legales "porque yo así lo quiero".
La lucha pasó de las palabras a los hechos y varios miembros del Parlamento fueron detenidos. Las protestas arreciaron . Ya no se trataba sólo de asuntos monetarios, sino de la defensa de la libertad individual.
En medio de estas pugnas, la bancarrota se hizo inminente. La única posibilidad de evitarla era convocar a los Estados Generales, para dar un corte a las disputas.
 
Los Estados Generales
Los Estados Generales eran una asamblea, compuesta por tres órdenes separados: el clero, la nobleza y el grupo formado por burguesía y campesinado. Este último orden se conoce como el tercer estado, término que usaremos para referirnos a él en lo sucesivo. Dicha asamblea se había citado por última vez en 1614 y el dramatismo de la situación obligó al gobierno a convocarla nuevamente.
Necker fue llamado una vez más a hacerse cargo de la situación hasta que se reuniesen los Estados Generales. Comenzó por donar una cuantiosa tajada de su fortuna personal a las arcas de la monarquía, lo que naturalmente fue recibido con aplausos. Pero el economista no era mago y tratar de reflotar las finanzas en ese momento era prácticamente una misión imposible.
Pero el tema que acaparaba la atención de toda la población era la convocatoria a los Estados Generales. En torno a este asunto también hubo polémica: fue necesario fijar el número de los representantes de cada grupo y se decidió que el tercer estado tendría tantos delegados como las otras dos órdenes juntas (el clero y la nobleza).
En realidad el gobierno, cuyos intereses chocaban contra los de los privilegiados por la cuestión de los impuestos, creyó encontrar respaldo en el pueblo. La idea era afianzar "la alianza natural del trono y el pueblo contra las aristocracias, cuyo poder no podría establecerse sino sobre la ruina de la autoridad real".
Reclamos y peticiones
De acuerdo a la tradición, cada orden debía plantear sus reclamos y proposiciones en cuadernos. En todos ellos dejaron constancia de su respaldo al rey, al que en ese entonces nadie soñaba en derribar del trono. Esto, independientemente de las quejas formuladas, que superaban con mucho la materia tributaria.
Los miembros del tercer estado, pedían por ejemplo, cosas que hoy pueden parecer bastante pintorescas. Un pueblo exigía su derecho a tener fusiles para cazar a los lobos y reclamaba contra una serie de privilegios feudales que estaban vigentes. Los señores poseían el derecho de caza, el control sobre los caminos y podían mantener palomares que incomodaban mucho a los campesinos, ya que las aves se alimentaban de los granos que ellos usaban para la siembra.

sábado, 23 de junio de 2012

Sociedad del siglo XVIII

El preponderante papel de la familia en la Europa del siglo XVIII cobra su pleno sentido al enmarcarla en una sociedad como la entonces dominante, concebida como un conjunto de grupos cuya disposición jerárquica y desigualdad en derechos y deberes estaba reconocida y consagrada por la ley. Era la clásica estructura tripartita heredada de la Edad Media y que el Parlamento de París, ante la pretensión de Turgot de hacer contribuir en metálico a todos los propietarios de tierras, fundamentaba en 1776 de esta forma: "En el conjunto formado por los diversos órdenes, todos los hombres de vuestro reino os están sujetos, todos están obligados a contribuir a las necesidades del Estado. Pero también en esta contribución se encuentran el orden y la armonía. La obligación personal del clero es realizar todas las funciones relativas a la instrucción, al culto religioso y aplicarse con sus limosnas al socorro de los desventurados. El noble consagra su sangre a la defensa del Estado y asiste al soberano con su consejo. La última clase de la nación, que no puede rendir al Estado servicio tan distinguido, cumple su obligación con los tributos, la industria y el trabajo manual. Tal, Sire, es la regla antigua de los deberes y obligaciones de vuestros súbditos. Aunque todos sean igualmente fieles y sometidos, sus condiciones no están confundidas y la naturaleza de sus servicios está esencialmente ligada a la de su rango". 
Se describía así un ordenamiento social, comúnmente denominado estamental, en el que nobleza y clero eran reconocidos como estamentos jerárquicamente superiores al tercer Estado o Estado general, definido por exclusión y, en principio, amplísimo (todos los que no eran ni clérigos ni nobles), si bien se estimaba limitado en la práctica a sus elementos más destacados, a las profesiones ricas u honorables y a los cuerpos organizados. Se justificaba su preeminencia por la importancia de la función social a ellos encomendada, aunque la realidad ya no se ajustara exactamente a lo que reflejaban razonamientos como el que acabamos de reproducir; disfrutaban de determinados privilegios reconocidos legalmente, aunque no de forma exclusiva, ya que había otros cuerpos privilegiados; la inclusión del individuo en un grupo u otro, por lo que respecta a la división básica (noble/plebeyo), venia, en principio, determinada por el nacimiento -de ahí el papel clave de la familia- y la movilidad social era limitada y circunscrita a unas vías establecidas. 
Los criterios jurídico-legales, sin embargo, no eran los únicos presentes en la organización social. El factor económico, la posición de los grupos sociales en relación con los medios de producción, aparentemente al margen de la definición de los estamentos y, por el contrario, criterio primordial en la organización social en clases o clasista, ejercía también una notable influencia. Y andando el tiempo -1789 es la fecha simbólica, aunque, en la mayoría de los países, haya que penetrar no poco en el siglo XIX-, se terminará imponiendo la concepción burguesa, clasista, de la sociedad. Se consagrará la igualdad de los individuos ante la ley y el factor fundamental que regirá el ordenamiento social será de tipo económico. Se agilizará la movilidad y la promoción social. Pero, recordaba C. E. Labrousse en un coloquio internacional, ni el nacimiento ni la función desaparecieron como criterios operativos en la estratificación social. Aunque, eso sí, encuadrados en un marco jurídico diferente, presentando interacciones diferentes y actuando con un peso y un orden de sucesión también diferentes...

viernes, 22 de junio de 2012

La teoría anarquista

La teoría anarquista
El pensamiento anarquista no es uniforme, sin embargo, sus defensores comparten algunas ideas afines: 
El rechazo de cualquier tipo de autoridad -en especial la del Estado- y el repudio a cualquier forma de organización, sea de carácter partidista, administrativa o religiosa. Junto al rechazo a la autoridad preconiza la libertad individual
Para los anarquistas el Estado capitalista constituye una estructura que posibilita la explotación de la clase obrera y por ello debe ser destruido. Rechaza tanto el juego político como la organización de partidos. El medio fundamental para eliminar al Estado es la huelga general, que permite arruinar a la burguesía.
La organización social ha de estructurarse de abajo arriba, partiendo de pequeñas comunidades autosuficientes y por libre decisión de sus miembros, expresada a través del sufragio universal, nunca por imposición.
La abolición de la propiedad, ya que ésta es considerada como un robocuando se consigue sin trabajo. El derecho a la herencia (origen del status social) ha de eliminarse y sustituirse por la colectivización de los bienes.
La importancia de la educación. El hombre solo será libre cuando sea capaz de pensar por sí mismo y el mejor medio para conseguirlo es una esmerada instrucción.

jueves, 21 de junio de 2012

Anarquismo

Anarquismo
El término anarquismo es de origen griego y significa “sin autoridad ni poder”. Esta ideología, junto con el marxismo, constituye una de las corrientes del “socialismo”. Ambas, anarquismo y marxismo, coinciden en la crítica al capitalismo y en la necesidad de su eliminación, pero difieren radicalmente en cuanto a los métodos para conseguirlo. De hecho, a lo largo del siglo XIX ambos pensamientos se fueron alejando progresivamente, hasta convertirse en irreconciliables antagonistas.
El anarquismo estuvo muy influido por la idea roussoniana de que el individuo es bueno por naturaleza y es la sociedad (o el Estado y sus instituciones) quien destruye su felicidad.
Alcanzó su máxima influencia en el seno de sociedades escasamente industrializadas -EspañaItalia y Rusia-, en tanto que en países más avanzados tuvo mayor peso el marxismo. En España el anarcosindicalismose materializó en la creación de organizaciones como la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) que jugaron un importante papel en el primer tercio del siglo XX.
Algunos sectores del anarquismo preconizaron la acción radical y violenta. Ello se concretó en atentados terroristas que reputaron en su día esta corriente de agresiva y salvaje.

miércoles, 20 de junio de 2012

El revisionismo marxista

El revisionismo marxista
El revisionismo se puede definir como la acción de someter a revisióndoctrinas, apreciaciones o prácticas ya establecidas con el objetivo deactualizarlas o modernizarlas.
El marxismo ortodoxo advertía a los obreros sobre el riesgo que constituía el pacto con otras clases sociales ajenas a sus intereses. Preveníasobre el reformismo político en el seno del Estado capitalista. La razón es que el Estado es el principal instrumento del que se sirve la burguesía para ejercer su dominio social. El único objetivo que el proletariado debe perseguir es la toma del poder mediante la revolución.
Sin embargo, a fines del siglo XIX (a partir de la II Internacional), EduardBernstein, miembro del SPD (Partído Socialdemócrata Alemán), desde una postura menos radical y más conciliadora, sostuvo que los partidos revolucionarios podían y debían, según las circunstancias, intervenir en elsistema político democrático y liberal, utilizando como principal arma para conseguir sus aspiraciones, el sufragio universal.
Afirmaba que las predicciones realizadas por el marxismo respecto a la progresiva pauperización de los trabajadores eran erróneas y que los obreros habían mejorado objetivamente su situación respecto a tiempos pretéritos. Se habría de este modo una vía no revolucionaria que perseguía cambios no radicales, sino graduales y pacíficos. 


El revisionismo despertó airadas críticas en el seno de los sectores más izquierdistas del marxismo (Rosa Luxemburgo, Lenin, etc.), Sin embargo, jugó un importante papel en la política del siglo XX, muestra de ello es la labor ejercida por partidos hoy plenamente consolidados y activos en Europa, tales como el Partido Laborista Británico, el mencionado Socialdemócrata Alemán (SPD) o el Partido Socialista Obrero Español, entre otros.

martes, 19 de junio de 2012

La sociedad sin clases

La sociedad sin clases
Una vez consolidado el nuevo Estado, el peso de éste tenderá a disminuir hasta desaparecer, pues al haber desaparecido las amenazas que pesaban sobre él, el aparato coercitivo dejará de tener sentido y cada individuo trabajará voluntariamente en beneficio de la comunidad.
Las relaciones de producción se habrán transformado y los medios de producción no estarán concentrados en manos de una minoría, sino que serán colectivos. Por lo tanto, ya no habrá ni opresores ni oprimidos, tan sólo una clase social, la trabajadora. En su seno regirá la solidaridad y la armonía entre hombre y trabajo, éste ya no será fuente de sufrimiento y alienación. Se disiparán asimismo las diferencias entre agro y ciudad, entre trabajo manual e intelectual. En suma, se habrá alcanzado una suerte de paraíso en la tierra, el de la sociedad comunista

lunes, 18 de junio de 2012

La dictadura del proletariado

La dictadura del proletariado
Una vez que la clase obrera haya tomado conciencia de la explotación y opresión sufre, se organizará en torno a partidos de carácter revolucionario, siendo dirigida por una vanguardia especialmente capacitada y activa, empeñada en planificar la destrucción del sistema capitalista.
Esa acción no debe circunscribirse a un solo país ya que, siendo las condiciones y los intereses de la clase trabajadora idénticos en todo el mundo capitalista, ha de tener un caracter internacional.
A través de la acción revolucionaria los obreros han de derribar el gobierno burgués y sustituirlo por uno de carácter obrero. Ello puede requerir el uso de la violencia, pues los trabajadores se encontrarán con la fuerteoposición de la clase dominante.
Una vez conseguido el control del Estado será necesario salvaguardar las conquistas realizadas mediante el ejercicio de una dictadura de los trabajadores, constituyendo éste el primer paso hacia la consecución de una sociedad comunista sin clases. 
El nuevo Estado que surge de la revolución habrá de suprimir la propiedad privada de los medios de producción (elemento primordial en la explotación de la clase obrera) y sustituirla por la propiedad colectiva de los mismos.
La tesis de la dictadura del proletariado ha sido una de las máscontrovertidas del marxismo, ya que implica la conquista de una de las claves de la superestructura social: el Estado. El modo de conseguirlo ha sido criticado por algunos autores posteriores a Marx, tildados por los marxistas clásicos de revisionistas.

domingo, 17 de junio de 2012

Guerrra de los Siete Años

En los años siguientes al Tratado de Aquisgrán fue mucho más evidente que había sido una simple pausa y cómo las potencias estaban en bandos concretos no por convencimiento, sino por la coyuntura internacional. Los desacuerdos manifestados en 1748, junto con el rencor por los resultados, originaron la gran crisis diplomática conocida por la inversión de alianzas. Mientras María Teresa, muy descontenta por las cesiones, pretendía recobrar Silesia, la pugna colonial continuaba sin descanso. Por tanto, los cambios diplomáticos se debieron a propósitos de todos los Estados, plasmados en acciones simultáneas según se producían los acontecimientos. Francia constituía una pieza clave en este juego de intereses, su amistad con Austria desaconsejable, pues las cortes de Viena, Berlín y Londres mermaron su influencia en las redes diplomáticas. Y existía el peligro de aislamiento por la mala gestión de los asuntos exteriores por su cancillería. Ante tal situación debía parar el expansionismo ruso, recortar el prestigio de los Habsburgo en el Imperio y relegar al segundo plano el papel de Gran Bretaña en Europa y Ultramar. Caja de resonancia de las discordias europeas, las fricciones coloniales no cesaron con la firma de la paz y el tratado de 1748 parecía lejano y sin validez, consecuencia de las negociaciones diplomáticas ajenas a los asuntos comerciales en las propias áreas de intercambio. 
Cualquier combinación de alianzas tendría un efecto eco a escala mundial. De manera casi unánime se ha establecido que el principio de las mutaciones estuvo en el acuerdo británico-ruso de septiembre de 1755, por el que Rusia manifestaba su oposición a Prusia por medio de un acercamiento al bando enemigo. Jorge II también buscaba desde el fin de la contienda austríaca una garantía militar para Hannover e inició un fructífero diálogo con María Teresa. Fue entonces cuando Newcastle se dirigió a Rusia, la otra potencia en el Este, y firmó el Tratado de San Petersburgo. La seguridad del Electorado implicaba la invasión por Rusia de Prusia oriental en caso de conflicto con Gran Bretaña. Este acercamiento tampoco afectaba a la amistad con Austria, muy al contrario, completaba la red diplomática. Federico II, que había rechazado las propuestas de Londres un año antes porque se hallaba en conversaciones para la renovación de la alianza con Luis XV, se apresuró a ofrecer cuantas garantías deseara el Reino Unido si quedaban salvaguardados sus Estados frente a la intervención de la zarina Isabel. Las negociaciones desembocaron en el Tratado de Westminster, en enero de 1756, por el que Prusia penetraba en la red aliada británica. Aunque daba la impresión de un acuerdo precipitado, en realidad fue el resultado de estudiados proyectos internacionales. 
Ante tal situación, no cabía duda de las importantes consecuencias del tratado y, a pesar del desconcierto inicial, las cancillerías se mantuvieron expectantes a la espera de la reacción francesa y rusa. Versalles rompió sus contactos con Berlín y entabló de inmediato conversaciones con Viena, sin tener en consideración los mutuos recelos, basándose en los deseos de acercamiento manifestados por María Teresa desde 1748. Austria proponía la cesión a don Felipe, yerno de Luis XV, de los Países Bajos, la devolución de Parma y el respaldo a la candidatura de los Wettin en la sucesión polaca. En la corte francesa, el encargado de las deliberaciones, el abate Bernis, partidario de la amistad franco-austríaca, venció las resistencias y se ganó al monarca tras el ataque británico en Norteamérica. Firmado en mayo de 1756, el primer Tratado de Versalles era una alianza defensiva con Austria en caso de agresión de un tercero. Todo el acuerdo estaba revestido de una apariencia de neutralidad, ya que la tradicional enemistad entre ambos países imposibilitaba mayores compromisos, pero Kaunitz logró completarlo con un pacto secreto de socorro militar cuando existiera asalto por algún aliado de los británicos. Era la base para el principal objetivo de la diplomacia vienesa: una coalición contra sus enemigos. No sólo quedaron turbadas las conexiones entre las potencias europeas, sino también las mantenidas entre la Sublime Puerta y Francia, ignoradas en el tratado. ¿No eran de esperar serios problemas en la frontera oriental ahora que existía una colaboración entre los antiguos antagonistas? Pero los recelos provenían del acercamiento francés a Rusia, confirmado en el pacto de noviembre de 1756, donde junto a los aspectos militares estaban los puntos comerciales, lo que demostraba la profundidad de las nuevas relaciones. El sultán, desconfiando de las intenciones francesas por la declaración sobre la libre disposición de todos los edificios de los Santos Lugares, se aproximó a Prusia, que creó una embajada permanente en la capital turca. Versalles adoptó una postura conciliadora, a pesar de las múltiples fricciones, en especial por motivos económicos, para eludir una guerra directa y mantener su influencia en la zona de cara a Austria y Rusia. Los cambios de alianzas eran demasiado precarios como para seguir una línea diplomática definida y nunca romperían los valiosos lazos con Estambul, pieza clave del área oriental.

sábado, 16 de junio de 2012

Independencia de EEUU


03 de septiembre de 1783.- Inglaterra reconoce la independencia de los Estados Unidos.
DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DE ESTADOS UNIDOS
"…Nosotros los representantes de los Estados Unidos de América, reunidos en Congreso general, acudimos al juez supremo del mundo para hacerle testigo de la rectitud de nuestras intenciones. En el nombre y con el poder pleno del buen pueblo de estas colonias damos a conocer solemnemente y declaramos que estas colonias unidas son y por derecho han de ser Estados libres e independientes; que están exentas de todo deber de súbditos para con la Corona británica y que queda completamente rota toda conexión política entre ellas y el Estado de la Gran Bretaña, y que, como Estados libres e independientes, poseen pleno poder para hacer la guerra, concertar la paz, anudar relaciones comerciales y todos los demás actos y cosas que los Estados independientes pueden hacer por derecho. Y para robustecimiento de esta declaración, confiados a la protección de la Providencia divina, empeñamos unos a otros nuestra vida, nuestra fortuna y nuestro sagrado honor.
Tomás Jefferson, Benjamín Franklin, John Adams."
SABÍAS QUE…
Isabel I de Inglaterra impulsó una política colonialista en la que estaba incluida América, ubicándose específicamente en el norte de este continente, más allá del río Bravo, actual límite natural, en el norte de nuestro país y los Estados Unidos de Norteamérica?
El primer intento de colonización de tierras norteamericanas lo llevó a cabo Sir Walter Raleigh, a las que denominó Virginia en honor a la reina inglesa, Isabel I, conocida como la reina virgen?
Fueron trece las colonias inglesas que se asentaron en territorios de Norteamérica: New Hempshire, Massachussets, Nueva York, Rhode Island, Connecticut, Nueva Jersey, Pennsylvania, Delawere, Maryland, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia?
Nueva Inglaterra era el nombre con el que se les designaba a las trece colonias inglesas ubicadas en Norteamérica?
El estado financiero de Inglaterra se vio severamente disminuido a causa de las guerras en que esta monarquía se vio involucrada, por lo cual el rey Jorge III ordenó algunas medidas de carácter económico, afectando a las colonias de Nueva Inglaterra?
Las causas que determinaron la independencia de los Estados Unidos de Norteamérica fueron de carácter económico, político y social, entre las primeras podemos citar:
  • Las limitaciones comerciales e industriales, que daban preferencia a la metrópoli y
  • Los impuestos que la corona inglesa exigía a las colonias?
Las colonias habían constituido sus propias asambleas electivas con características plenamente democráticas, para votar los diferentes aspectos que implicaban la determinación y aplicación de los impuestos?
A pesar de que, en primera instancia, los impuestos eran producto de un acto democrático, los tributos así preestablecidos, tenía que pasar por la aprobación de la corona?
Desde el punto de vista político, a excepción de Connecticut y Rhode Island, que elegían a su propio gobernador, las otras once colonias eran gobernadas por autoridades impuestas desde la metrópoli?
Los colonos de la Nueva Inglaterra, quienes poseían ideas democráticas, aspiraban tener a sus propios representantes en el Parlamento inglés, con el fin de que fueran éstos, los que intervinieran directamente en los asuntos relacionados con las colonias?
A medida que los colonos norteamericanos adquirieron conciencia de su fuerza decidieron hacer un recuento de los agravios sufridos por parte de la corona inglesa, tomando como punto de partida para sus argumentos, "los derechos naturales del hombre"?
Después de que los colonos disfrazados de pieles rojas, tiraron en Boston, los cargamentos de té, la política real pareció flexibilizarse un poco al suprimir la ley del timbre, impuesto obligatorio para legalizar toda clase de documentos y periódicos?
Poco duró la tensa calma: a la supresión de la ley del timbre, le sucedieron los "derechos de aduana", aplicados a los colorantes, el papel, el vidrio, el hierro, los cueros y el té?
Dichas medidas desagradaron a los colonos norteamericanos y muy probablemente, ellas fueran el origen de los disturbios que culminaron con el motín del té, en Bostón?
De hecho, el motín del té fue el preludio de la confrontación entre ingleses y norteamericanos, en la que estos últimos luchaban por la independencia de las 13 colonias?
Tres congresos se llevaron a efecto en Filadelfia, el primero en 1774, al que le siguió el de 1775 y el último, en 1776?
En los dos primeros congresos aún no se planteaba la separación de las Trece Colonias de la metrópoli inglesa, básicamente se aspiraba a ser tratados con dignidad y respeto, insistiéndose en el goce pleno de los derechos del hombre?
Entre el primero y segundo Congreso, las discusiones para establecer el tipo de relación que debía tenerse con la metrópoli, originó el surgimiento de dos partidos: el de los Whigs o patriotas liberales y el de los Tories o leales a la corona británica?
Obviamente, los Tories pretendían seguir ligados a la corona inglesa, aunque también exigían sus derechos como súbditos de la misma, en tanto que los Whigs ya luchaban frontalmente por la independencia de las colonias?
Hacia 1776, Jorge III, rey de Inglaterra, reorganizó su ejército, el cual se integró, en su gran mayoría, por soldados mercenarios de origen alemán?
Esta actitud fue considerada como una nueva ofensa inferida a los colonos norteamericanos pues se enviaba para combatirlos soldados extranjeros?
A partir de dicha apreciación, los colonos norteamericanos sintieron que se había roto todo lazo de unión con la metrópoli rechazando la estructura económica y de gobierno que hasta el momento se les había tratado de imponer?
En estas condiciones se llevó a cabo el tercer Congreso –1776- de Filadelfia, en el cual se convocó a los representantes de las Trece Colonias a darse un gobierno propio sin ligas con la metrópoli?
Con la firme determinación de independizarse, cada colonia integró su convención cuyo objetivo era redactar su propia constitución, para convertirse en Estados independientes?
La Constitución elaborada por la colonia de Virginia fue aceptada por las otras, sirviendo también de antecedente para que más tarde Francia estructurara la Declaración de derechos?
Los aspectos más importantes que quedaron plasmados en la declaración de la independencia de los Estados Unidos fueron:
  • El reconocimiento de los derechos naturales del hombre: la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
  • El derecho inalienable del pueblo, en el ejercicio de su soberanía, de elegir a sus gobernantes para que éstos trabajen por el bien común y la seguridad nacional.
  • El derecho a cambiar a sus dirigentes si éstos no cumplían con lo señalado en los derechos naturales y
  • La división de poderes.
La redacción de la declaración de la independencia de los Estados Unidos fue realizada por Tomás Jefferson, originario de Virginia y revisada por connotados políticos?
Dicha declaración, dirigida a todo el mundo, fue firmada el 04 de julio de 1776?
Naturalmente, el colonialismo inglés no podía permitir la pérdida de tan importantes colonias pero tampoco los colonos estaban dispuestos a dar marcha atrás en sus intenciones independentistas?
La dirección de las tropas norteamericanas estuvo a cargo de Jorge Washington, cuyo ejército sufrió algunos reveses por parte de los ingleses?
La reorganización de la milicia independentista, permitió, hacia 1777, recobrar el terreno perdido haciendo que Burgoyne, general inglés, capitulara en Saratoga?
Acompañado de otros dos comisionados del Congreso, Benjamín Franklin partió a París en busca del apoyo francés y la presencia de este distinguido diplomático propició en Francia, una reacción favorable para la independencia?
A pesar de que Francia contaba con una monarquía absolutista, Luis XVI vio con simpatía el movimiento libertario de Norteamérica y firmó con Franklin, en 1778, en Versalles, un tratado de alianza ofensiva y defensiva?
Luis XVI envió a Norteamérica, un reducido ejército cuyo mando quedó en manos del general Juan Bautista Rochambeau, además otros nobles, entre ellos el marqués de La Fayette, ofrecieron sus espadas para luchar en favor de la independencia norteamericana?
La Fayette, de su propio peculio, fletó un barco rumbo a América, en el cual se embarcaron numerosos voluntarios franceses para ir en auxilio de los colonos?
Por otra parte, las antiguas disputas entre Inglaterra con Francia y España, favorecieron a las Trece Colonias, recibiendo estas últimas, ayuda económica y militar tanto de Francia como de España?
Las estrategias militares seguidas por Washington y Rochambeau, lograron cercar al enemigo inglés, cayendo sucesivamente las siguientes plazas:
  • Yorktown.
  • Nueva York.
  • Charlestown y
  • Savannah?
El 30 de noviembre de 1782 se dan los pasos preliminares para elaborar el Tratado de Versalles que culminaría el 03 de septiembre de 1783, con la Paz de Versalles?
Mediante la Paz de Versalles, Inglaterra reconoce la independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, incluidos los territorios del Mississippi?
Y RECUERDA QUE…
En la Nueva España, las injusticias que se cometían con los indígenas originaron también brotes de rebelión, a semejanza del descontento de las Trece Colonias que buscaban la libertad.
Hacia 1761, en la península de Yucatán surgió un movimiento rebelde encabezado por Jacinto Canek en la península de Yucatán, el que tomaba como punto de referencia las profecías El libro de Chilam Balam.
Una de las causas externas del movimiento de independencia en México, en 1810, fue la lucha de las Trece Colonias por los derechos naturales del hombre.
El Tratado de Versalles, que culminó con el reconocimiento de la independencia de los Estados Unidos, comenzó a tomar forma en 1782, año en que nació en San Miguel el Grande, Guanajuato, Juan José Martínez, El Pípila.
El Pípila, con una loza en la espalda, para evitar la metralla realista, y una tea en la mano incendió la puerta de la Alhóndiga de Granaditas para que los insurgentes pudieran tomar la fortaleza.
En el mismo año en que fue reconocida la independencia de las Trece Colonias, 1783, nació en Tixtla Guerrero, Vicente Guerrero, y en Valladolid, hoy Morelia, Agustín de Iturbide, personajes que proclamaron el Plan de Iguala, e hicieron posible la consumación de la independencia de México.
LOCALIZA:
En un mapa de los Estados Unidos, las 13 colonias que constituyeron el territorio inicial de esta nación.
LEE, DISCUTE Y ANALIZA, con tus compañeros de equipo o grupo:
El fragmento de la Declaración de Independencia de Estados Unidos.
ESTABLECE:
  • La ubicación temporal de los hechos a que se refiere la información.
  • La ubicación espacial, incluidas la metrópoli y monarquías que tuvieron ingerencia en dichos acontecimientos.
  • Quiénes fueron los personajes más importantes que intervinieron en el proceso libertario hasta su reconocimiento como nación libre de los Estados Unidos.
  • Causas y consecuencias de la lucha libertaria de las 13 colonias.
  • Repercusión del movimiento y reconocimiento de independencia de Estados Unidos en la Nueva España.
Los hechos paralelos que se dieron en la Nueva España durante el proceso de reconocimiento de Estados Unidos como nación libre.

viernes, 15 de junio de 2012

La lucha de clases

La lucha de clases
Las clases sociales para el marxismo están definidas por lasrelaciones de producción, es decir, por la forma en que los hombres producen mercancías. En el seno de las relaciones de producción, el papel que ocupa cada individuo está determinado por la división del trabajo, es decir, aquellos que desarrollan una misma actividad -y por tanto están sometidos a unas idénticas condiciones- conforman una clase social. Las clases sociales vienen determinadas por el lugar que ocupan en el proceso de producción de la riqueza. Unos la producen y otros se apropian de una porción de la misma. De esa relación no cabe esperar sino el antagonismo y la hostilidad entre explotados y explotadores
A lo largo de la historia siempre ha habido clases enfrentadas. En las sociedades esclavistas (Grecia y Roma en la Antigüedad) fueron antagónicos los propietarios libres y los esclavos; en el seno de la sociedad feudal estamental el enfrentamiento se estableció entre nobles y eclesiásticos por un lado y siervos por otro
En el seno de la sociedad capitalista ocurre igual: la lucha de clases es protagonizada por la burguesíapropietaria de los medios de producción(capital, fábricas, máquinas, transportes, etc.) y por el proletariado que, al disponer únicamente de su fuerza de trabajo, se ve obligado a venderla a cambio de un salario que escasamente sirve para satisfacer la supervivencia.
Los intereses de ambas clases son antagónicos e incompatibles y conducirán indefectiblemente al enfrentamiento. A medida que el capitalismo vaya desarrollándose el número de obreros se incrementará, lo que unido al deterioro de sus condiciones de vida, conducirá a la revolución
La revolución tendrá como objetivo conseguir una sociedad perfectadonde no existan ni explotadores ni explotados. Para ello será imprescindible la abolición de la propiedad privada, es decir, la socialización los medios de producción, evitando la mera sustitución de los antiguos propietarios por otros nuevos.