martes, 20 de mayo de 2014

La intervención extranjera en la guerra civil

La intervención extranjera en la guerra civil
 
 
 
El estallido de la guerra civil enjulio de 1936 puso de manifiesto que España estaba en peligro inminente de anarquía; pero también podríamos calificar de anárquico el sistema internacional contemporáneo. Las cinco grandes potencias más interesadas en España ‑Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y la Unión Soviética‑ perseguían todas ellas fines: diferentes y a la vez conflictivos.
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En todo caso, desde 1936 a 1939, el efecto de la intervención extranjera en el curso de la guerra civil española y el efecto de ésta sobre el curso de las relaciones entre las grandes potencias europeas fueron ambos aspectos importantes de la larga crisis de treinta años que produjo dos guerras mundiales. El episodio español expone todas las llagas de esa crisis e ilumina los problemas del nacionalismo, la democracia, el fascismo, el capitalismo, el comunismo y la rivalidad de las grandes potencias de nuestro tiempo.
 
 Whealey, Robert H. (1973): «La intervención extranjera en la guerra civil española», Carr, Raymond (ed.): Estudios sobre la República y la Guerra Civil española, Barcelona, Ariel, p. 266‑271 y 295.

lunes, 19 de mayo de 2014

La dimensión internacional de la Guerra Civil

La dimensión internacional de la Guerra Civil
 
 
La guerra española fue el acontecimiento más importante y complejo del pa­norama internacional europeo de los años 30, antes de la expansión de la Alemania nazi.
 
La relación de cada una de las potencias y países interesados en la guerra española fue bastante individual y diferenciada. La más neutral de ellas fue Gran Bretaña, cuyo gobierno no deseaba tomar ninguna parte en la contienda. Dentro del gobierno británico hubo división de opiniones: los conservadores ciertamente no deseaban la derrota de Franco, mientras que para los laboristas la guerra española llegó a ser un tema candente a favor del lado opuesto. Pero oficialmente se mantuvo la neutralidad.
 
La situación de Francia era más complicada. En París había un gobierno del Frente Popular, con evidente simpatía por los republicanos el gobierno francés había llegado a depender en su estrategia internacional de la Gran Bretaña y no actuaba de modo independiente. Por eso pronto aceptó la postura inglesa y cooperó en la formación del «Comité de No Intervención»
 
 [ ... ] y las derechas francesas amenazaron al gobierno con el espectro de una guerra civil en Francia si se ayudaba a los republicanos [ ... ]
 
De los dictadores que intervinieron en España, el más firme y resuelto fue Mussolini. El interés del gobierno italiano en la guerra española estuvo motivado en parte por razones políticas, pero ante todo por razones estratégicas -la ambición del fascismo italiano de crear un “mare nostrum” en el Mediterráneo‑ [ ... ]
 
La política de Hitler fue más mesurada y también más cínica. Ciertamente deseaba evitar la victoria de un régimen izquierdista en España, y envió ayuda importante a los nacionales ‑sobre todo la Legión Condor‑, pero el aspecto más importante de la guerra española para Hitler fue su utilidad como factor de diversión. El conflicto de España alejaba la atención internacional de la  Europa central, donde Hítler estaba embarcado en un proceso de rearme extenso y rápido.
 
Dos factores parecen haber impulsado a Stalin a intervenir en España: uno de ellos fue la situación geoestratégica del país que no quería abandonar a las potencias fascistas, y de otro, el hecho de que la revolución colectivista en la zona republicana había dado origen a la única revolución social ocurrida fuera de la URSS
 
 
 
Payne, Stanley (1996): «La dimensión internacional de la Guerra Civil», ABC, 18‑7‑96, p. 58‑59.

viernes, 16 de mayo de 2014

Conquista de Badajoz: lucha a muerte y represión

Conquista de Badajoz: lucha a muerte y represión
 
 
«Badajoz estaba defendida por el coronel Ildefonso Puigdendolas, con unos 8.000 milicianos inexpertos.
 
Después de una mañana de bombardeo de la artillería, se ordenó el ataque a media tarde del 14 de agosto. La 16.ª compañía de la 4.ª bandera de la Legión se lanzó contra la puerta de la Trinidad, cantando, en el momento del avance, su himno, en el que proclaman que su novia es la muerte. En el primer asalto fueron rechazados por las ametralladoras de los milicianos. Pero, al segundo, los legionarios consiguieron abrirse paso, matando a sus enemigos a bayonetazos.
 
Habían conseguido entrar, aunque, de la fuerza de asalto, sólo sobrevivieron un capitán, un cabo y catorce legionarios. Al mismo tiempo, otra columna de legionarios asaltaba las murallas próximas a la puerta del Pilar. Entonces la batalla continuó en las calles. Las dos fuerzas atacantes se encontraron en la plaza de la República, bajo la sombra de la catedral, y la lucha cuerpo a cuerpo continuó hasta la noche. Badajoz quedó sembrada de cadáveres. El coronel Puigdendolas huyó a Portugal. Los legionarios mataron a todo el que llevaba armas, incluso a unos milicianos que estaban en las gradas del altar mayor de la catedral. La plaza de toros se convirtió en campo de concen­tración. Muchos milicianos, y todavía más carabineros, fueron fusilados por orden de Yagüe.»
 
 
H. THOMAS: La Guerra Civil española. Madrid, 1979

miércoles, 14 de mayo de 2014

21.- La supresión de la coeducación

21.- La supresión de la coeducación


            “Las disposiciones de la Junta de Defensa Nacional, encaminadas a la moralización de las costumbres, suprimieron la coeducación en los centros de enseñanza secundaria y similares. En las poblaciones donde existe más de un Instituto, se transforma uno en Instituto femenino. Cuando el triunfo seguro  del glorioso Ejército nacional quede consumado, se podrá fijar el número de Institutos femeninos que conviene fijar en las capitales no sometidas.

            Constituirá el ideal que el profesorado de estos Institutos, excepto el de Religión, fuese completamente femenino”.

            Boletín oficial, 25 de septiembre de 1936.

martes, 13 de mayo de 2014

20.- Carta colectiva del episcopado español: la postura de la Iglesia.

20.- Carta colectiva del episcopado español: la postura de la Iglesia.


“El 27 de de febrero de 1936, a raíz del triunfo del Frente Popular, la Komintern rusa decretaba la revolución española y la financiaba con exorbitantes cantidades. El 1º de mayo siguiente centenares de jóvenes postulaban públicamente en Madrid “para bombas y pistolas, pólvora y dinamita para la próxima revolución”.

            La guerra es, pues, como un plebiscito armado. La lucha de los comicios de 1936, en que la falta de conciencia política del gobierno nacional dio arbitrariamente a las fuerzas revolucionarias un triunfo que no habían logrado en las urnas, se transformó por la contienda cívico-militar, en la lucha cruenta de un pueblo partido en dos tendencias: la espiritual, del lado de los sublevados, que salió a la defensa del orden, la paz social, la civilización tradicional y la patria, y muy ostensiblemente en un gran sector, para la defensa de la religión; y de otra parte, la materialista, llámese marxista, comunista o anarquista, que quiso sustituir, la vieja civilización de España, con todos sus factores, por la novísima civilización de los soviets rusos (…)
  
Primero. Que la Iglesia, a pesar de su espíritu de paz y de no haber querido la guerra ni haber colaborado con ella, no podía ser indiferente en la lucha: se lo impedía su doctrina y su espíritu, el sentido de conservación y la doctrina de Rusia (…)

Cuarta. Hoy por hoy no hay en España más esperanza para reconquistar la justicia y la paz, y los bienes que de ellas derivan, que el triunfo del movimiento nacional. Tal vez hoy menos que en los comienzos de la guerra porque el bando contrario, a pesar de todos los esfuerzos de sus hombres de gobierno, no ofrece garantías de estabilidad política y social


                                   1 de julio de 1937

viernes, 9 de mayo de 2014

18.- Franco, jefe de Estado y Generalísimo

18.- Franco, jefe de Estado y Generalísimo


La Junta de Defensa Nacional, creada por Decreto de 24 de julio de 1936, y el régimen provisional de mandos combinados respondían a las más apremiantes necesidades de la liberación de España.

(…) Razones de todo linaje señalan la alta conveniencia de concentrar en un solo poder todos aquellos que han de conducir a la victoria final y al establecimiento, consolidación y desarrollo del nuevo Estado, con la asistencia fervorosa de la Nación.

En consideración a los motivos expuestos y segura de interpretar el verdadero sentir nacional esta Junta, al servicio de España, promulga lo siguiente:

Artículo 1.- En cumplimiento del acuerdo adoptado por la Junta de Defensa Nacional se nombra Jefe del Gobierno del Estado Español al Excelentísimo señor General de División don Francisco Franco Bahamonde, quien asumirá todos los poderes del nuevo Estado.

Artículo 2.- Se le nombra asimismo, Generalísimo de las fuerzas nacionales de tierra, mar y aire, y se le confiere el cargo de General Jefe de los ejércitos de operaciones.

                                   Decreto de 29-9-1936

jueves, 8 de mayo de 2014

17.- El discurso de las tres “P”

17.- El discurso de las tres “P”

            No tengo el optimismo de un Pangloss ni voy a aplicar a este drama español la simplísima doctrina del adagio de que “no hay mal que por bien no venga”. No es verdad. Pero es obligación moral, sobre todo de los que padecemos la guerra, cuando se acabe como nosotros queremos que se acabe, sacar de la lección y de la musa del escarmiento el mayor bien posible y, cuando la antorcha pase a otras manos, a otros hombres, a otras generaciones, que se acordarán, si alguna vez sientes que les hierve la sangre iracunda y otra vez el genio español vuelve a enfurecerse con la intolerancia y con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y que escuchen selección: la de esos hombres que han caído embravecidos por la batalla, luchando magnánimamente por un ideal grandioso, que, ahora abrigados en la tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen rencor, y nos envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna, que dice a todos sus hijos: Paz, Piedad y Perdón.

Manuel Azaña, Presidente de la República 1939

miércoles, 7 de mayo de 2014

16.-Los Trece Puntos de Juan Negrín

16.-Los Trece Puntos de Juan Negrín

“          1. La independencia de España.
2. Librar a España de los militares extranjeros invasores.
            3. República democrática con un gobierno con autoridad plena.
            4. Plebiscito para determinar la estructuración jurídica y social de la República española.
            5. Libertades regionales sin detrimento de la unidad española.
            6. Conciencia ciudadana generalizada por el Estado.
            7. Garantía de la propiedad legítima y protección a la producción.
8. Democracia campesina y liquidación de la propiedad semifeudal.
            9. Legislación social que garantice los derechos de los trabajadores.
            10. Mejora cultural, física y moral de la Raza.
            11. Ejército al servicio de la Nación, libre de tendencias y partidos.
            12. Renuncia a la guerra como instrumento de política nacional.
            13. Amnistía amplia para los españoles que quieran reconstruir y engrandecer España “.

martes, 6 de mayo de 2014

15.- Negrín y el apoyo comunista

15.- Negrín y el apoyo comunista


            En la política interior aquí se ha llegado a una unidad que aún no es perfecta pero si se tienen en cuenta el periodo de anarquía por el que hemos pasado, no deja de ser satisfactoria.

            Por influjos exteriores, por influjo de la propaganda enemiga; por celos de partidos que han perdido vitalidad o no han encontrado arraigo en el pueblo, sigue manteniéndose una enconada y dura campaña contra los comunistas. Yo no debo ocultárselo a Vd., a quien no vacilo en decirle que son mis mejores y más leales colaboradores. Los más propicios a la abnegación y al renunciamiento en aras de la victoria. Pero el hecho es que el menor pretexto sirve de motivo para emponzoñar el ambiente intentando hacer creer que el gobierno está manejado por influencias extrañas.

            Grave es el problema que nos plantea el abastecimiento, estrechamente ligado con la situación financiera. Sobre el particular urge llegar a acuerdos concretos, pues su demora puede ser perniciosa para el desarrollo de la guerra.



                        Carta de Negrín a Stalin (11-11-38)

lunes, 5 de mayo de 2014

14.- Guerra y Revolución: la visión anarquista

14.- Guerra y Revolución: la visión anarquista


            Que quede bien entendido que no estamos luchando por la república democrática. Estamos luchando por el triunfo de la revolución proletaria. La revolución y la guerra son inseparables. Todo lo que se diga en sentido contrario es contrarrevolución reformista.


                                   Boletín de Información de la CNT-FAI (enero,1937)