viernes, 28 de febrero de 2014

Resumen del régimen republicano

Resumen del régimen republicano


El primer período de la República va de abril a diciembre de 1931 y abarca el gobierno provisional (presidido hasta octubre por Alcalá Zamora y luego por Azaña), la elección de Cortes Constituyentes, la elaboración de la Constitución y la elección del presidente de la República. En este período se reduce el consenso que había en las primeras semanas y se abre una importante conflictividad entre Iglesia y Estado [ ... ] y entre el poder y el sector más impaciente o radical del movimiento obrero y de todas las zonas agrarias latifundistas [ .. ]

En diciembre de 1931 comienza el período denominado bienio reformador, caracterizado por el Gobierno de republicanos de izquierda y socialistas [ ... ] En este período se votan y promulgan dos leyes básicas, Reforma Agraria y Estatuto de Autonomía de Cataluña, ambas logradas pese a la sistemática obstrucción de los grupos parlamentarios derechistas y gracias al estado emotivo que despierta la frustrada sublevación del 10 de agosto de 1932 [ ... ]

La inhumana represión de Casas Viejas que recae sobre el Gobierno, aunque éste sólo sea responsable en términos políticos; la anticlerical Ley de Congregaciones Religiosas y dificultades agrícolas [ ... ] hacen perder al gobierno de Azaña el consenso obtenido en el segundo semestre de 1932.

En este segundo bienio [tras las elecciones de noviembre de 1931, los centros de decisión no están política ni socialmente en las mismas manos [ ... ] preside Lerroux, con hegemonía política del Partido Radical [ ... ]

El segundo bienio registra un punto de inflexión de octubre de 1934: un nuevo gobierno Lerroux con tres ministros de la CEDA y la subsiguiente huelga insurreccional de Asturias durante dos semanas [ ... ]

Situaría el final del bienio restaurador cuando se frustra una conspiración de derecha en el seno del primer gobierno Portela y se forma otro gobierno de éste, con carácter centrista y beneplácito de Alcalá Zamora, que disolverá las Cortes de la represión de octubre y el estraperlo y convocará elecciones. Hay, pues, una segunda bisagra, desde el 31 de diciembre de 1935 hasta la tarde del 16 de febrero de 1936 o hasta el día 19, en que Azaña forma su gobierno de republicanos de izquierda (Unión Republicana e Izquierda Republicana) apoyado parlamentariamente por todos los grupos que firmaron el pacto del Frente Popular.


Tuñón de Lara, Manuel (1981): «La República de abril», Historia 16, núm. 60, p. 32‑34.

jueves, 27 de febrero de 2014

La justificación ideológica del golpe

La justificación ideológica del golpe



Mistificaciones ideológicas aparte es claro que el 18 de julio en su origen responde a una conspiración y una sublevación militar que fracasa en su objetivo esencial: acabar con el gobierno del Frente Popular. Parte del Ejército se subleva contra el poder constituido y su fracaso, parcial puesto que logra imponerse en buena parte del territorio nacional, es la mejor prueba de que el 18 de julio no fue un alzamiento ni un movimiento nacional sino una conspiración y un pronunciamiento militar. El Jefe nominal, como es bien sabido, era el león del RJ, el general José Sanjurjo. Su director efectivo era el general Emilio Mola, cuyo brazo derecho en la trama, auténtico Jefe de Estado Mayor de la conspiración, era el teniente coronel Valentín Galarza. La organización fundamental que servía de enlace era la UME (Unión Militar Española), asociación de oficiales, reservistas en su mayo­ría, de vinculaciones políticas monárquicas y parafascistas. El protagonismo mili­tar es indiscutible.

La diferencia respecto a otras situaciones históricas es que, tal conspiración y tal pronunciamiento, se dan en una sociedad mucho más politizada y socialmente más compleja que en situaciones precedentes. Circunstancias todas ellas que, junto al fracaso de los golpistas en imponerse y del propio Estado en abortar la rebelión, explican que la situación derive hacia una guerra civil.



Reig Tapia, Alberto (1988): «La justificación ideológica del alzamiento de 1936», García Delgado J. L. (ed.): La II República españo­la. Bienio rectificador y Frente Popular, 1934‑1936, Madrid, Siglo XXI, p. 217-­218.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Hacia la Guerra Civil

Hacia la Guerra Civil

¿Qué lecciones principales cabe deducir del periodo histórico reseñado? [se refiere a 1931‑1939] Ante todo, el fracaso, sin paliativos de la segunda República. Fracaso en el que se destaca, tal vez con más vigor que en ningún otro momento de la vida contemporánea española, una de las más acusadas características de nuestra psicología colectiva: la intransigencia [ ... ]

La convivencia llegó a revelarse como algo imposible. Las diferencias políticas fueron transformándose en auténticas hostilidades, y cuando ocuparon el poder quienes propugnaban una política de revancha, España se convirtió en un teatro de violencias y atropellos, abocado fatalmente a la guerra civil. Los adversarios terminaron por enfrentarse en una lucha sin cuartel, que sembró el país de ruinas e hizo correr a torrentes la sangre, no sólo en los campos de batalla, sino también en la retaguardia de los dos bandos rivales.

Gil Robles, José María (1978): No fue posible la paz, Barcelona, Planeta, p.786‑787.

martes, 25 de febrero de 2014

Las tierras a expropiar según la Ley de Bases de la Reforma Agraria

 Las tierras a expropiar según la Ley de Bases de la Reforma Agraria: complejidad y difícil aplicación
«La ley establecía un sistema demasiado complejo de tierras expropiables con indemnización: según la base 5 eran susceptibles expropiación: las tierras ofrecidas por sus dueños; las transmití­s contractual mente sobre las que el Estado pudiese ejercitar el recho de retracto; las adjudicadas al Estado, región, provincia o municipio; las de corporaciones, etc., que las exploten en forma que  sea directa; las que fueron señoríos jurisdiccionales; las incultas manifiestamente mal cultivadas; las no regadas existiendo embalse­s o que debieran ser regadas con aguas provenientes de obras hidráulicas costeadas por el Estado; las de un solo propietario que constituyan un líquido imponible superior al 20 por 100 del cupo total de riqueza rústica del término municipal de que se trate; las situadas menos de dos kilómetros de pueblos de menos de 2.500 habitan­tes si su propietario tenía en ese término fincas cuya renta catastral cediese de la 1.000 pesetas; las explotadas en arrendamiento a renta fija, en dinero o en especie durante doce o más años (las dos últimas categorías, cuya eficacia no era mucha, contribuyeron, sin embargo, a crearle a la reforma agraria un buen número de enemi­gos que no tenían por qué haberlo sido). En fin, las propiedades en cano de 300 a 600 hectáreas; de 150 a 300 si eran olivares; de 10 a 150 si eran viñedos; las de árboles frutales de 100 a 200 hectáreas; las dehesas de pasto y labor de 400 a 750 hectáreas; y, en las tierras de regadío, las de 10 a 50 hectáreas regables gracias obras realizadas con auxilio del Estado.
Quedaban exceptuadas de la reforma: las dehesas de monte y pastos bajo los bienes comunales, las explotaciones forestales aquellas fincas que pudieran considerarse un ejemplo de buen cultivo técnico.»
TUÑÓN: La Segunda República, Vol. 1. Madrid, 1989.

lunes, 24 de febrero de 2014

Juicio a la sublevación de 1934

Juicio a la sublevación de 1934 


El alzamiento de 1934 es imperdonable. La decisión presidencial de llamar al poder a la CEDA era inacatable, inevitable y hasta debida hacía ya tiempo. El argumento de que Gil-Robles intentaba destruir la Constitución para instaurar el fascismo era a la vez hipócrita y falso. Hipócrita porque todo el mundo sabía que los socialistas de Largo Caballero estaban arrastrando a los demás a una rebelión contra la Constitución de 1931; y, por otra parte, a la vista está que el presidente Companys y la Generalitat violaron también la Constitución. ¿Con que fe vamos a aceptar como heroicos defensores de la República de 1931 contra sus enemigos más o menos ilusorios de la derecha a aquellos mismos que para defenderla la destruían? Pero el argumento era, además, falso, porque si Gil-Robles hubiera tenido la menor intención de destruir la Constitución del 31 por la violencia, ¿qué ocasión mejor que la que le proporcionaron sus adversarios alzándose contra la misma Constitución en octubre de 1934, precisamente cuando él, desde el poder, pudo como reacción haberse declarado en dictadura? (…)

            Con la rebelión de 1934, la izquierda española perdió hasta la sombra de autoridad moral para condenar la rebelión de 1936.


                                               Salavador de Madariaga, España, 1978

viernes, 21 de febrero de 2014

La Revolución de 1934

La Revolución de 1934


La revolución de octubre estuvo dirigida a impedir que la CEDA participara en el Gobierno, una participación que parecía, tanto a los liberales de clase media como a la izquierda revolucionaria, como un equivalente a la implantación del fascismo en España. La sublevación tuvo tres fases principales. El 5 de octubre hubo una serie de huelgas generales no coordinadas, en las grandes ciudades, que fracasaron. El día 6 Luis Companys proclamó la «República de Cataluña dentro de la República Federal española». Mientras tanto, en la zona minera de la provincia de Asturias, las fuerzas unidas del proletariado iniciaron la lucha armada contra el Gobierno.


Jackson, Gabriel (1967): La República española y la Guerra Civil, México, Grijalbo, p. 13 1.

jueves, 20 de febrero de 2014

La reforma militar de Azaña

La reforma militar de Azaña


La reforma de Azaña dejó honda huella en la mente de la oficialidad españo­la. Para algunos, que aceptan todavía la versión heredada, Azaña sigue siendo el monstruo [ ... ]. Pero otros reconocen que las tres tareas fundamentales acometidas por Azaña ‑reducir el exceso de oficiales, adecuar el Ejército, a las necesidades y posibilidades de España y despolitizarlo‑ siguen teniendo actualidad [...]. Enfocamos la cuestión desde varios aspectos:

a) La reforma de Azaña se llevó a cabo dentro de un marco europeo de pen­samiento militar, de modelos de organización y de opinión sobre la relación entre la sociedad y sus fuerzas militares.   [ ... ]

b) [ ... ] había examinado a fondo la cuestión militar como resultado de su es­tancia en Francia y sus visitas a los frentes durante la primera guerra mundial. [...] no puede decirse que Azaña y sus colaboradores emprendiesen la tarea sin estar preparados para ella [ ... ]

c) Hacía más de cuarenta años que los ministros de la Restauración, comen­zando por el general Cassola y pasando por López Domínguez, Luque, Marina, De la Cierva, Alcalá‑Zamora y Primo de Rivera, se esforzaban por reformar las más obvias deficiencias del ejército español. Azaña debe ser considerado como un hito en el camino. A continuación, Gil‑Robles efectuó ciertos cambios. Después de la guerra de 1936‑1939, los ministros de Franco se enfrentaron con los mismos problemas, modificados, naturalmente, por las circunstancias del momento.


Alpert, Michael (1982), La reforma militar de Azaña (1931‑ 1933), Madrid, Siglo XXI, p. 2‑4.

miércoles, 19 de febrero de 2014

La Iglesia y la Segunda República

La Iglesia y la Segunda República


La jerarquía eclesiástica adoptó una actitud cautelosa ante la República, has­ta que la nueva legislación empezó a incidir en intereses eclesiásticos directos, fundamentalmente en la enseñanza que [ ... ] estaba mayoritariamente en manos de las órdenes religiosas. Las cosas empezaron a tomar rumbo más agrio desde que el proyecto de Constitución   [ ... ] La idea de un Estado aconfesional era prácti­camente inamovible [ ... ]. Naturalmente, la Iglesia se apresuró a exponer colegia­damente sus opiniones sobre los contenidos constitucionales que le afectaban y lo hizo en una Pastoral colectiva de 25 de julio [ ... ] Se oponía a la separación de la Iglesia y el Estado, a los preceptos sobre las órdenes religiosas y, también, a las libertades de pensar, de enseñar, de escribir y de cultos [ ... ] Con la solución adoptada, en que las izquierdas imponían un ajuste de cuentas a la Iglesia y a las Ordenes, se apartaba del consenso constitucional a una importante masa católica.

      Aróstegui, Julio (1996), «La República: esperanzas y decepciones», La Guerra Civil Española, Barcelona, Folio, p. 47‑49.

martes, 18 de febrero de 2014

Sobre la llegada de la República

Sobre la llegada de la República


Toda la experiencia republicana tiende a recordarnos su condición democráti­ca: el Parlamento fue el centro de la vida política, a diferencia de lo que sucedía en el reinado de Alfonso XIII. Pero esta politización de la vida cotidiana tuvo un doble aspecto, positivo y negativo [ ... ]. Por un lado, en cuanto a testimonio de una progresiva realización de los derechos humanos, la República, en efecto, fue, como se había esperado de ella por los manifestantes del 14 de abril, un gigan­tesco avance en la vida pública nacional. Pero, al mismo tiempo, la brusquedad de la politización condujo al maximalismo. Un país no puede pretender adquirir como por ensalmo una vida democrática estable, sino que ésta es producto de factores diversos entre los que cuentan que, el grado de tensión social no sea excesivo, un nivel cultural y, sobre todo, un aprendizaje, incluso durante déca­das, en unas pautas de comportamiento. Si ya los dos primeros factores fallaron en el caso español durante los años treinta, además tampoco se dio el tercero. La brusquedad de la transición desde el liberalismo oligárquico a la democracia contribuyó a ello como también el clima general de la época.

El tono exasperado de la vida política republicana es perceptible, sobre todo, en la vida local en la que las tensiones políticas nacionales se traducían de modo simplicísimo y a menudo violento. Así se explica el importante papel que le co­rrespondió a la agitación anticlerical que para sus protagonistas debió constituir un procedimiento de subversión del orden tradicional


Tussell, Javier (1990), Manual de Historia de España, Tomo 6, Siglo XX, Madrid, Historia 16, p. 319‑320.

lunes, 17 de febrero de 2014

Las instrucciones del general Emilio Mola

Las instrucciones del general Emilio Mola


            “Base 1ª La conquista del poder ha de efectuarse aprovechando el primer momento favorable, y a ella han de contribuir las Fuerzas Armadas, conjuntamente con las aportaciones que en hombres y elementos de todas clases faciliten a los grupos políticos, sociedades e individuos asilados que no pertenezcan a partidos, sectas y sindicatos que reciben inspiraciones del extranjero: socialistas, masones, anarquistas, comunistas…

            Base 5ª Se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien organizado. Desde luego, serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al movimiento, aplicándose castigos ejemplares a dichos individuos para estrangular los movimientos de rebeldía o huelgas”.

                                   Instrucción reservada nº 1, 25 de abril de 1936

viernes, 14 de febrero de 2014

Discurso de Calvo Sotelo en el Parlamento

Discurso de Calvo Sotelo en el Parlamento

            “Frente a ese Estado estéril, yo levanto el concepto de Estado integrador, que administre la justicia económica y que pueda decir con plena autoridad: “no más huelgas, no más intereses usurarios, no más fórmulas financieras de capitalismo abusivo, no más salarios de hambre, no más salarios políticos no ganados con un rendimiento afortunado, no más libertad anárquica, no más destrucción criminal contra la producción, que la producción nacional está por encima detonas las clases, de todos los partidos y de todos los intereses. A este Estado le llaman muchos Estado fascista; pues si ése es el Estado fascista, yo, que participio en la idea de ese Estado, yo creo en él, me declaro fascista. No creo que exista actualmente en el ejército español… un solo militar dispuesto a sublevarse a favor de la Monarquía y en contra de la República. Si lo hubiera sería un loco… aunque también sería un loco el militar que no estuviera dispuesto a sublevarse a favor de España y en contra de la anarquía, si ésta se produjera.”



                                               Diario de sesiones del Parlamento, 16 de junio de 1936

jueves, 13 de febrero de 2014

Discurso de Largo Caballero en Madrid

Discurso de Largo Caballero en Madrid

           
            “La clase burguesa y sus representantes entienden que se ha llegado ya a la meta de las instituciones políticas en nuestro país, y tenemos que decirles que no; la República no es inmutable; la República burguesa no es invariable; la República burguesa no es una institución que nosotros tengamos que arraigar de tal manera que haga imposible el logro de nuestras aspiraciones. ¿De qué manera? ¡Como podamos! Nuestra aspiración es la conquista del poder político. ¿Procedimiento? ¡El que podamos emplear! Los que nos hablan tanto de la legalidad, lo primero que tienen que hacer es ser respetuosos con la ley para no obligar a la clase trabajadora a salirse de ella. Todos los actos que la clase obrera ha realizado que pueden considerarse ilegales, han sido provocados por la ilegalidad de los que gobernaban. Y nosotros, los trabajadores, entendemos que la República burguesa hay que transformarla en una República socialista, socializando los medios de producción.



                                                                                  Enero de 1936

miércoles, 12 de febrero de 2014

Último manifiesto de los líderes obreros a los mineros asturianos antes de la rendición

Último manifiesto de los líderes obreros a los mineros asturianos antes de la rendición (18 de octubre de 1934)

«La lucha entre el capital y el trabajo no ha ter­minado, ni podrá terminar en tanto que los obreros y campesinos no sean dueños absolutos del poder. El hecho de organizar la paz con nuestros enemigos no quiere decir que reneguemos de la lucha de clases. No. Lo que hoy hacemos es, simplemente, un alto en el camino, en el cual subsanaremos nuestros errores para no volver a caer en los mismos.»

R. TAMAMES: España, 1931-1975, una antología histórica, Barcelona, 1980.

martes, 11 de febrero de 2014

Asturias, 1934

Asturias, 1934

“Al proletariado asturiano:

Ante la situación política y social por que atraviesa España y teniendo en cuenta las probables desviaciones del actual estado de cosas, las fuerzas obreras de la región de Asturias, que pertenece a los dos sectores sindicales UGT y CNT, y la Federación Socialista Asturiana han formado una alianza cuyos objetivos son:

1º Luchar abiertamente contra el fascismo, que intenta imponer sobre el pueblo su característico sistema de opresión acabando con las organizaciones de clase y con las escasas libertades y derechos establecidos en la nación.

2º Realizar amplia labor de oposición a todo propósito de guerra en lo que se refiere al conjunto de países del continente europeo como igualmente en lo que afecta al problema colonial en África (…). Aquellas otras entidades obreras que de una forma seria estén dispuestas a colaborar por conseguir los propósitos indicados pueden tramitar su ingreso en la Alianza, mediante una representación provincial y no por fracciones (…).

Muy en breve, teniendo en cuenta el gran interés con que ha de ser acogida esta unificación de los trabajadores asturianos, el Comité de la Alianza dará a la publicidad un manifiesto exponiendo sus puntos de vista (…)”


            Avance, 1 de Abril de 1934

lunes, 10 de febrero de 2014

Manifiesto del Bloque Nacional

Manifiesto del Bloque Nacional


“España, pues, ante todo y sobre todo. Una España auténtica, fiel a su historia y a su propia imagen: una e indivisible. De aquí la primera línea de nuestro programa de acción: defensa a vida o muerte y exaltación frenética de la unidad española que la Monarquía y el pueblo labraron juntos a lo largo de quince siglos (…) el hecho católico fue factor decisivo y determinante en la formación de nuestra nacionalidad.

Creemos caducado el sistema político que, nacido de la Revolución Francesa, sirve de soporte a las actuales instituciones y, como Cánavos predijera, nos arrastra al comunismo. El futuro Estado ha de fundarse sobre el deber tanto como sobre el derecho. Los derechos naturales inherentes a la personalidad humana han de ser reconocidos y garantizados por el Estado, de conformidad con su distinto rango, sin que ninguno de ellos quepa al absolutismo. Su mejor garantía será la organización de un Estado fuerte capaz de frenar el abuso con que pretenden ejercerlos o monopolizarlos núcleos o masas indisciplinadas.

Queremos un estado integrador que, a diferencia del Estado anárquico actual, imponga su peculiar autoridad sobre todas las clases, sean sociales o económicas. La era ruinosa de la lucha de clases está tocando a su fin.

Os proponemos, por tanto, españoles, la constitución de un Bloque Nacional que tenga como objetivo la conquista del Estado.

                                                                       8 de Diciembre de 1934

viernes, 7 de febrero de 2014

Formación de la "CEDA"

Formación de la "CEDA"

«Hay, por último, un sector bien definido de las derechas españolas, en el cual me encuentro, y que sostiene que hay un problema fundamental o una serie de problemas fundamentales cuyas bases son: la defensa de la religión y principios espiri­tuales; la defensa de la familia, amenazada de disolución; la de la propiedad, combatida por enemigos de ella; la defensa del orden social, que está a punto de quedarse en manos de la anarquía. (...) Mantenemos el programa de los principios funda­mentales de la Religión, Patria, Familia, Propiedad, Orden y Trabajo.»
GIL ROBLES (1932)

jueves, 6 de febrero de 2014

Ley de Bases de la Reforma Agraria

Ley de Bases de la Reforma Agraria


Serán susceptibles de expropiación las tierras incluidas en los siguientes apartados:

  1. Las ofrecidas voluntariamente por sus dueños, siempre que su adquisición se considere de interés para el Instituto  de Reforma Agraria.
  2. Las que se transmitan contractualmente a título oneroso sobre las cuales y a este solo efecto, podrá ejercitar el Estado el derecho de retracto en las mismas condiciones que determine la legislación civil vigente.
  3. Las adjudicadas al Estado, Región, provincia o Municipio, por razón de débito, herencia o legado y cualesquiera otras que posean con carácter de propiedad privada.
  4. Las fincas rústicas de Corporaciones, fundaciones y establecimientos públicos que las exploten en régimen de arrendamiento, aparcería o cualquiera otra forma que no sea explotación directa, exceptuándose las tierras correspondientes a aquellas fundaciones en que el título exija la conservación de las mismas, como requisito de subsistencia, si bien en este caso podrán ser sometidas a régimen de arrendamientos colectivos.
  5. Las que por las circunstancias de su adquisición, por no ser explotadas directamente por los adquirientes y por las condiciones personales de las mismas, deba presumirse que fueron compradas con fines de especulación o con el único objeto de percibir su renta.
  6. Las que constituyeron señoríos jurisdiccionales y que se hayan transmitido hasta llegar a sus actuales dueños por herencia, legado o donación”

9 de septiembre de 1932

miércoles, 5 de febrero de 2014

Sobre el problema agrario

Sobre el problema agrario


… el problema de los latifundios en España no es una entelequia inventada por unos cuantos descontentos o idealistas, sino una cuestión grave de enorme trascendencia económica y social para nuestra patria. No se trata solo del hecho de que unos 70’00 propietarios posean más de 6 millones de hectáreas en las regiones manchega, extremeña y andaluza, sino también de que disfrutan la mayor parte de la riqueza que en ellas reproduce, dejado al resto de sus habitantes en situación precaria, y, sobre todo, impidiendo que se intensifique la producción y puedan progresar esas provincias (…). Consecuencia de ellos son: la despoblación de los campos, el deficiente cultivo, los jornales bajos, los arrendamientos caros, la escasa y raquítica ganadería, y, en general, la situación precaria en que se encuentra la tercera parte del territorio nacional (…). Ante estos hechos, es suicida y criminal cerrar los ojos para no verlos  y dejar que pasen los años y aun siglos, como hasta ahora ha ocurrido, sin ponerles remedio. Hay, pues, que afrontar su solución con serenidad pero con energía (…)”

           
                        Los Latifundios en España, Pascual Carrión, Madrid 1932.

martes, 4 de febrero de 2014

La reforma militar

La reforma militar

Artículo 1. Se concede el pase a la situación de segunda reserva, con el mismo sueldo que disfruten en su empleo de la escala activa, a todos los oficiales generales del Estado Mayor General, a los de la Guardia Civil y Carabineros y a la de los Cuerpos de Alabarderos, Jurídico Militar, Intendencia, Intervención y Sanidad, en sus dos secciones de Medicina y Farmacia, que lo soliciten del Ministerio de Guerra dentro de los treinta días siguientes al de la publicación de este decreto.

Artículo 2. Se concede el pase a la situación de retirado, con el mismo sueldo que disfruten actualmente en su empleo y cualesquiera que sean sus años de servicios, a todos los Jefes, Oficiales y asimilados, así en situación de actividad como en la de reserva retribuida de las distintas Armas y Cuerpos del Ejército. Incluso los Oficiales menores de Guardias de Alabarderos, que lo soliciten del Ministerio de la Guerra dentro del plazo señalado en el artículo anterior (…)”


                                               Gaceta de Madrid, 27 de abril de 1931

lunes, 3 de febrero de 2014

Azaña y el Estatuto de Autonomía de Cataluña

Azaña y el Estatuto de Autonomía de Cataluña

No se puede entender la autonomía, no se juzgarán jamás con acierto los proble­mas orgánicos de la autonomía, si no nos libramos de una preocupación: que las regiones autónomas, no digo Cataluña, las regiones, después que tengan la auto­nomía, no son el extranjero, son España, tan España como lo son hoy; quizás más, porque estarán más contentas.

No son el extranjero, por consiguiente, no hay que tomar respecto de las regiones autónomas las precauciones, las reservas, las prevenciones que se tomarían con un país extranjero, con el cual acabásemos de ajustar la paz, para la defensa de los in­tereses españoles. No es eso.

Y, además, hay otra cosa. Que votadas las autonomías, ésta y las de más allá, y creados éste y los de más allá gobiernos autónomos, el organismo de gobierno de la región, en el caso de Cataluña, la Generalidad, es una parte del Estado español, no es un organismo rival, ni defensivo, ni agresivo, sino una parte integrante de la organización del Estado de la República española. Y mientras esto no se comprenda así, señores diputados, no entenderá nadie loquees la autonomía. (...)

Discurso parlamentario de Azaña en las Cortes en 1932.