10.- La postura de Portugal
Desde los primeros
momentos de la insurrección militar de España, la parcialidad de Portugal a
favor de los rebeldes ha sido clara, manifiesta y no disimulada.
Podemos asegurar
que fueron dadas mayores facilidades para que las labores preliminares del
movimiento sedicioso se desarrollasen con las mayores garantías de seguridad y
eficacia (…).
Generales
significadísimos como el fallecido Sanjurjo, Cavalcanti… algunos altos jefes de
la marina española, en conexión con los dirigentes del tradicionalismo español,
(…) se reunían constantemente en Estéril y en Espinho, manteniendo relación
directa con los comités rebeldes que actuaban en España, valiéndose para ello de
jóvenes fascistas. La afluencia de militares españoles en el mes de mayo fue
extraordinaria, causando incluso extrañeza en las autoridades de la frontera
portuguesa.
C. Sánchez
Albornoz, embajador de España en Portugal en 1936