miércoles, 22 de agosto de 2012

Lyons y Petrucelli, Historia ilustrada de la medicina.

"En 1885 llevaron ante Pasteur a un chico joven que acababa de ser mordido por un perro rabioso. Consultados dos médicos, declararon que el estado del chico era gravísimo. Pasteur comenzó a inyectarle extractos del virus cada vez más fuerte, haciendo aparecer en el joven los síntomas más acusados de la rabia. Después de una última dosis, que por sí sola hubiera fulminado a todos los conejos del laboratorio, el chico recobró la salud."

Lyons y Petrucelli, Historia ilustrada de la medicina.