domingo, 10 de marzo de 2013

El sueño de Martin Luther King

El sueño de Martin Luther King

No nos revolquemos en el valle de la desesperación. Os aseguro, amigos míos, que nos veremos en dificultades hoy y mañana.

Pero, sin embargo, tengo un sueño. Es un sueño profundamente enraizado en el sueño americano. Sueño que, algún día, esta nación se alzara y hará realidad el verdadero sentido de su credo. Estamos convencidos de la evidencia de que todos los hombres han sido creados iguales.

Sueño que algún día, en las colinas rojas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los de sus antiguos dueños podrán sentarse juntos a la mesa de la fraternidad.

Sueño que algún día, hasta el Estado de Mississippi, un Estado agobiado por el calor de la opresión, se transformara en un oasis de libertad y justicia.

Sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán algún día en una nación donde no se les juzgara por el color de su piel sino por su carácter.
Hoy tengo un sueño.

Cuando hayamos hecho que la libertad resuene, cuando hayamos que la libertad resuene desde todos los bloques de viviendas y aldeas, desde todos los estados y ciudades, podremos acelerar la llegada de aquel día en que todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, podrán darse la mano y cantar aquel antiguo espiritual:<<libres, por fin, libres, por fin. Gracias a Dios todopoderoso, somos libres por fin>>.