La zona nacional
La muerte del general Sanjurjo, el 20 de julio de 1936 cuando volaba desde Portugal hacia España, dejó a la insurrección sin un líder claro.
La muerte del general Sanjurjo, el 20 de julio de 1936 cuando volaba desde Portugal hacia España, dejó a la insurrección sin un líder claro.
El 24 julio tuvo lugar una reunión de los
generales insurrectos en Burgos. Allí se acordó crear la Junta
de Defensa Nacional, que se configuró como órgano provisional
de gobierno de la zona nacional.
Las medidas que adoptó fueron drásticas: se
estableció el estado de guerra en todo el territorio, se
suprimieron todas las libertades y se disolvieron todos los
partidos políticos, excepto la Falange y los
requetés carlistas.
En esos momentos la propaganda nacionalista
acaba de configurar la justificación del golpe militar contra un
gobierno democráticamente elegido. La insurrección militar ha sido
en realidad un Alzamiento Nacional
contra una República "marxista" y "antiespañola". La Iglesia
Católica, duramente perseguida en la zona republicana, termina de
configurar la teoría que justifica la matanza que está asolando el
país: la guerra es una Cruzada para liberar a España
del ateísmo.
Las medidas que se tomaron en el terreno
económico fueron encaminadas en una doble dirección:
cancelación de todas las reformas republicanas, el mejor
ejemplo es la devolución a sus propietarios de las tierras
repartidas en la reforma agraria, e intervención del Estado
en la economía siguiendo los principios de la ideología fascista.
Así, en 1937, se creó el Servicio Nacional del Trigo
que pasó a controlar el abastecimiento de pan de la población.